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POV's Narrador

Los ojos de Yang se abrieron de golpe al escuchar aquel eructo.

-¡Bang Chan!- Regañó.

-Lo siento cariño, si no hay eructo, no disfruté de la comida- Una sonrisa burlona apareció en el rostro de Bang, Jeongin comenzó a ponerse rojo por la ira, y una disimulada y fuerte patada bajo la mesa deformó el rostro del mayor, dejando ver ahora un rostro lleno de dolor y arrepentimiento.

-Mierda, Jeongin... Eso duele- Gimió el australiano.

-No vuelvas a hacer eso o prometo que cuando salgamos de aquí te patearé el trasero- Susurró el menor antes de volver a sentarse firme en su sitio, miró a la mesera acercarse con un par de pequeños platillos los cuales traían un delicioso pastel de chocolate. -Muchas gracias- Agradeció el menor, la mesera respondió con una sonrisa antes de desaparecer de nuevo.

Ambos comenzaron a comer del platillo sin prisa, disfrutando del dulce del pastel.

-Llamaré a Seungmin para ver como están los niños- Avisó Jeongin.

-No es necesario, cariño, ellos están bien- Respondió el mayor.

-Tú no sabes si ocurrió una emergencia- Contestó Yang antes de marcar el número de su mejor amigo. Esperó unos cuantos segundos antes de que contestaran.

-¿Hola?

-¿Min? ¿Cómo están los niños?

-Ellos están bien, Innie, ¿Y Chan? ¿Se están divirtiendo?

-Sí... Pronto terminaremos de cenar.

-Oh no te preocupes, es más... No vuelvan hoy, disfruten.

-Pero...

-Nada de peros, adiós.

Jeongin rió al notar la llamada finalizar, suspiró y guardó su telefono.

-¿Qué les dijiste, Chan?- Preguntó el coreano.

-¿Yo? Nada- Respondió el rubio.

-No seas mentiroso... ¿A dónde iremos después?

-A un motel- Volvió a responder el mayor.

-¡Chan! ¡Nunca dije que sí!

-Vamos cariño, sé que te gusta- Jeongin comenzó a sonrojarse.

-Cállate- Susurró el más joven limpiando las comisuras de sus labios con una servilleta.

-¿Terminaste?- Preguntó el mayor antes de levantarse  y acomodar sus prendas de vestir. -Iré a pagar, cariño, espérame aquí ¿Entendido?

-Aún no he pensado en tomar las llaves de tu auto y largarme, Chan, así que apúrate- Respondió el menor tomando sus cosas, el mayor rió antes de retirarse, dirigiéndose hacia la caja. 

Después de un par de minutos el rubio regresó con una sonrisa en su rostro, ayudó al más joven a ponerse de pie antes de que ambos caminasen hacia la salida. 

-¿Y...? ¿Iremos directo al motel?- Preguntó el menor algo avergonzado. 

-Es probable, pero antes daremos una rápida e ilegal vuelta a la ciudad- Comentó el australiano abriendo la puerta del co-piloto para el más joven

-Ay Chan- Susurró el menor riendo. -No tienes solución. 

-Amas esto, cariño, lo sé.

Una vez ambos estuvieron dentro del auto, el mayor comenzó a conducir por la ciudad.

-Creí que sería algo ilegal- Dijo el menor antes de escuchar el motor del auto sonar fuertemente.

-Aún no es tiempo- Contestó el mayor, giró por una esquina, y pronto comenzó a acelerar hasta llegar a la máxima velocidad del auto.

A penas y se podían apreciar los locales por los que pasaban, ya que la velocidad con la que el mayor conducía era increíblemente grande.
Jeongin rió antes de mirar al mayor quien sonreía. Un gritillo por parte de Jeongin provocó que Bang riera al girar por una peligrosa vuelta.

-Recuerda que tu prometido es un experto en cosas ilegales- Habló el australiano.

-¿¡Crees que no lo sé!?- Respondió el más joven.

El recorrido continuó así, un par de veces un oficial comenzó a perseguirles pero, con las habilidades del mayor terminaban por perderlos.

-Bien, creo que es suficiente- Dijo el rubio bajando la velocidad del auto hasta llegar a la velocidad permitida.

-Creo que necesito arreglar mi cabello- Comentó el más joven tirando de sus cabellos hacia atrás.

-Te ves bien así, cariño- Habló el más alto antes de detenerse en un gran estacionamiento.

-¿Se supone que esto es un motel?- Preguntó Yang sorprendido.

-Lo es- Contestó Bang.

-No seas mentiroso, esto debe de ser un hotel cinco estrellas, para ricos- Susurró Jeongin bajando del auto, el australiano le siguió y pronto tomó de la cintura del menor.

-Podemos hacerlo en el auto si no te gusta

-¡Shh! No digas eso aquí- Se quejó el pelinegro.

-No hay nadie aquí.

Ambos comenzaron a caminar hasta la entrada, una vez todo listo, caminaron hacia su habitación asignada.

Jeongin estaba terriblemente nervioso, aquello sucedía cada vez que iba a acostarse con el mayor. Al entrar a su habitación miró todo el lugar realmente sorprendido. El lugar era enorme, y muy bien arreglado.

-Dios... Sigo dudando que esto sea un motel- Dijo Jeongin antes de caminar a la cama y sentarse, el colchón de la cama era sumamente suave, perfecto para ambos.

-Pues créelo- Bang tomó el cuerpo del menor y lo acostó en la cama antes de acomodarse sobre él y besar sus labios.

-Chan... ¿Estás seguro?- Bang asintió y comenzó a deshacerse de todas y cada una de las prendas de vestir del menor.

La habitación estaba llena de suspiros y suaves gemidos de ambos, quienes se hundían en el placer de poder sentir el cuerpo desnudo del otro, poder sentirse como la primera vez.

(...)

-¡Bang Myeong!- Yang se cruzó de brazos mirando al mayor de los varones, quien tenía el rostro lleno de chocolate.

Los ojos llenos de inocencia ablandaron el corazón de su 'Madre' quien suspiró y se acercó a él, alzando al menor.

-No vuelvas a hacer eso, deja de tocar la comida de tu tío Félix, o yo seré el regañado- Sentó a la criatura sobre la mesa y comenzó a limpiar su rostro con un paño húmedo, hasta deshacerse de todo el chocolate que tenía en su rostro.

-Cariño ¿Por qué regañas a Myeong?- El australiano se acercó y beso la frente de su hijo. -No le hagas caso a tu madre.

-¡Largo!- Exclamó Jeongin sacando al mayor de allí. -No vengas a maleducar a mis hijos, Bang.

-Pero, cariño, no hago nada malo- Respondió el rubio entre risas.

-"Ni higi nidi mili"- Repitió el menor sacando por completo a Bang de la cocina. -¡No vuelvas!

Stupid (ChanIn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora