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POV's Narrador

Aquellos eran los únicos recuerdos en la cabeza de Hwang.
Desde el momento en el que iba corriendo junto a la camilla en la que estuvo posado el débil cuerpo de Kim, hasta el momento en el que el doctor, con lástima informó el aborto que su pareja había sufrido.

Odiaba encontrarse en los baños, dentro de un cubículo mientras las lágrimas recorrían su rostro, pero el dolor que yacía en su corazón era insoportable, provocándole enormes ganas de morir, pero, no podía hacerlo, no cuando Seungmin se encontraba igual, o peor que él.

Yang había ido junto a Lee y Bang, los tres preocupados por la salud de su amado, pero este había pedido que no deseaba tener visitar, al menos no hasta encontrarse en una mejor condición, siendo él, la única excepción.

Con dificultad, se puso de pie y acomodó sus ropas, salió de aque cubículo y, después de lavar su rostro, salió del baño dirigiéndose a la habitación en la que el menor se encontraba. Su camino era silencioso, a pesar de ser un hospital, parecía como si no existiese nadie allí, había perdido la noción del tiempo, solo recordaba que habían llegado a las seis de la tarde al lugar y después, la oscuridad de la noche se hizo presente. Al llegar al frente de la habitación de Kim, apretó los labios notando a Yang, Lee y Bang dormidos en las sillas fuera de la habitación, el menor de todos descansaba sobre las piernas del australiano, y el pecoso, posaba su cabeza en el hombro del mismo.

Con el mayor silencio posible, se adentró a aquella habitación, el ambiente era realmente triste, y lo primero que sus ojos encontraron fue a Kim, dormido en posición fetal mientras sus manos seguían posadas en su vientre, igual que antes de que cayese de las escaleras, igual que después de hacerlo, igual que cuando iba en aquella camilla en grave estado.

Las ganas de llorar volvieron a él, un nudo se formó en su garganta y su pecho comenzaba a doler aún más. Se acercó a su pareja y tomó asiento en la silla a su lado, su mano acomodó los desarreglados cabellos del menor, y sus ojos notaron su rostro de tristeza, a pesar de parecer dormir con tranquilidad.

-Lo siento...- Susurró Hyunjin -Si hubiese llegado antes, hubiese logrado salvar a nuestro pequeño... Es mi culpa...

Las lágrimas terminaron por volver a escapar de sus ojos, mojando sus mejillas, y cayendo al suelo, terminando por desaparecer. Su labio temblaba, mientras los mismos recuerdos no dejaban de ser una tortura para sí mismo.

-No es tu culpa- Hwang levantó la mirada, la melodiosa pero rota voz de su pareja llamó su atención, le miró y se puso de pie, acariciando su delicado rostro.

-Claro que lo es, es mía y solo mía- Respondió el más alto, mientras desviaba su mirada de los ojos del más joven.

-No te culpes... Si le hubiera hecho caso a Jeongin y Félix... No... No hubiese sucedido esto- Kim se sentó en la camilla, miró su pierna la cual se encontraba vendada por el disparo que había sufrido horas atrás.

Las palabras no salían de la boca de Hwang, cerró sus ojos y dejó un suave y delicado beso en la frente de Kim.

-Lo superaremos- Susurró el menor mientras sus ojos comenzaban a inundarse de lágrimas -L-Lo haremos

-Estoy seguro que sí, mi amor, eres muy fuerte- Susurró Hyunjin tomando las contrarias manos.

-Estoy cansado... ¿Ellos...?

-Sí... Aún están afuera, parece que están agotados también- Respondió Hwang.

-Ya veo... Puedes... ¿Puedes llamarles?- Pidió Kim, el mayor asintió, no tardó en salir de la habitación, y cuando volvió a entrar a la misma segundos después venía junto a unos adormilados Jeongin y Félix.

-¡Seungmin hyung!- Jeongin se acercó a su mejor amigo, tomando sus manos mientras sus ojos se encontraban húmedos. -¿Cómo estás?

-Estoy... Mejor- Respondió Kim -Gracias, no deben de preocuparse

-Claro que debemos preocuparnos, Seungmin- Lee acarició su mejilla con cuidado, suspiró y su vista fue a Hwang, quién miraba por la ventana, una mirada llena de tristeza.

-Jeongin, los niños, ellos...

-Shh, está bien, están con Jaemin hyung- Respondió con una triste sonrisa, acarició los cabellos de Kim y bostezó por el cansancio que inundaba su cuerpo.

-Vuelvan a casa... Necesitan descansar...- Pidió Seungmin tomando las manos de ambos -Por favor

-No vamos a dejarte Min- Habló el pecoso

-Chicos yo... Yo sé que están preocupados pero... Estoy bien- Mintió Seungmin, dándoles una forzada sonrisa a ambos chicos.

-¿Estás seguro? No me mientras Min- Pidió Lee mirándole a los ojos

-Totalmente, vuelvan a casa y descansen- Yang y Lee se miraron un par de segundos antes de asentir, se despidieron de Seungmin y de Hwang, antes de salir de aquella habitación, rumbo a la mansión de Bang.

(...)

Los fuertes llantos de un recién nacido provocaron que Yang se levantara de golpe. Caminó con rapidez hasta la habitación de los más jovenes del lugar, encontrando al mayor de ellos despierto, llorando.

-¿Qué pasa pequeño? ¿Volviste a ensuciarte?- Jeongin revisó el pañal de Myeong, frunció su ceño al notar que este se encontraba limpio. Tomó al niño en brazos, acunándole en estos mientras cantaba una canción de cuna para calmarle, y, después de unos minutos, este terminó por cerrar sus ojos. -Eres un berrinchudo- Jeongin rió, se volteó al escuchar pasos detrás suyo, y una sonrisa apareció en su rostro al ver a Bang recién despierto.

-¿Qué sucede? ¿Le pasó algo a Myeong?- El mayor se acercó hasta Yang tomándole por la cintura, dejó un beso en la mejilla del mismo mientras miraba al pequeño en sus brazos.

-Adivina... Solo quería atención- Ambos padres rieron, la mano del australiano acarició con cuidado la cabeza del recién nacido, mirándole con ternura.

Jeongin dejó al menor en su cuna de nuevo, suspiró y junto a su pareja volvió a su habitación. Ambos se acostaron en la cama, cubriéndose con las sábanas y abrazándose debajo de las mismas.

-Ya que no estás delicado...

-Ni lo pienses Bang ¡Cuarenta días!- Recordó Yang

Stupid (ChanIn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora