De Nuevo Aquí.

3.6K 228 12
                                    

Helga a llegado a por fin a casa de sus padres. Miriam arreglaba la casa para recibir a su pequeña aunque hubiese deseado que la mayor también hubiera venido con ella. Míriam estuvo cerca de 2 años en rehabilitación para superar su depresión que la hacía dormir mucho tiempo a cada momento y descuidar a su familia, ahora ya era una mujer independiente e hizo una extensión de la fundación de Helga y Olga en Hillwood ella se encargaba de cuidar a esos pequeños mascotas abandonadas y recolectar distintas donaciones mediante el mundo de negocios que rodeaban a Bob, era astuta y sabía donde moverse cuando se concentraba en su trabajo, sin duda una mujer con una gran fortaleza oculta sin embargo, Bob siguió siendo un hombre ambicioso, tenía mucho dinero dejando los beepers para envolverse en la actual tecnología; los celulares, un mercado que definitivamente con los pasos de los años era mucho más lucrativo.

Tok Tok. —tocaba la puerta la bella rubia.

—¡Madre soy Helga, abre necesito ayuda con el equipaje! —Decía Helga con esfuerzo sobre las escaleras del pórtico renegando de las escaleras.

Míriam abrió la puerta enseguida ante el llamado de su hija, su emoción se contempla de inmediato y se transforma en digna admiración al encontraste una mujer completamente hermosa y no, el orgullo no solo era por la belleza de su hija menor si no porque reconocía los logros de su hija que seguía desde la televisión, redes sociales o periódicos. Su hija se ha convertido en una verdadera mujer que la enorgullecía y de lo cual ella no tuvo nada que ver, sin embargo, su corazón no pudo evitar estar dividido ahora por el sentimiento de culpa sobre todo por que esos logros fueron solo de Helga y no estuvo ella para aplaudirlos.

—¡Helga querida pasa!— estrechó a Helga en abrazo largo y fuerte que estruja a su delgado cuerpo—te extrañe tanto... Me he sentido muy sola sin ti, desde que se fué Olga y después te marchaste y... , me han herido los recuerdos pero olvida esta tonteria sentimental ¡ Entra y no te quedes ahí parada, pasa hija.!

Miriam toma las maletas con facilidad de inmediato e invita a pasar a Helga tomando de su mano, para cerrar la puerta con la punta de su pie, Helga extrañada ante el recibimiento suspira cansada por el largo viaje.

—Míriam estoy cansada, necesito dormir —dijo exhausta e indiferente tratando de retener como siempre sus palabras y decirle muchas cosas a su madre por la cual estuvieron distantes por muchos años y ahora recuerda las veces que le hizo falta una mamá y esos abrazos que ahora le da Miriam confundida solo pregunta:

—¿ Tan pronto? Pero esperaba que charlaramos un poco, hay muchas cosas que contarnos y....

— Bien Miriam — interrumpe rodando los ojos con fastidio — no lo hemos hecho todos estos años y... ¿Buscas hacerlo ahora? Algo muy malo debió haber pasado para que ahora quieras hablar.

—Si hija, lo se, se  porque estas a la defensiva pero creeme que te he extrañado mucho —solloza con los ojos cristalinos fundidos en los de su hija que miraba con desdén.

Helga respiro profundamente, su debilidad había salido a la luz, su madre en llanto era algo que no toleraba y detestaba que ella fuera una razón para hacerlo así que camina hacia ella con los brazos extendidos y la abraza delicadamente.

—Tranquila Miriam, yo también te extrañado — dijo entre dientes admitiendo algo que esperaba no hacer a su regreso.

Miriam respira aliviada, se sintió alegre de escuchar esas palabras aunque pudieran estar disfrazadas para no hacerla sentir mal, no obstante, su emoción descontrolada le hizo ignorar tan momento bochornoso mientras la rubia menor camina un poco en los pasillos de la casa, con recuerdos inundando su mente.

Recordar, no siempre duele. Arnold Y Helga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora