Un encuentro muy malo y uno muy bueno.

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-¿Tu que haces aquí?-dio un trago de saliva nervioso.

-Oh, Arnold, lamentó mucho incomodar a esta hora pero necesito de alguien que pueda ayudarme en este momento, y sólo pensé en ti-contestó la pelirroja cabizbaja mientras jugueteaba con uno de sus pies como cuando lo hacía de niña.

Arnold entrecerró la puerta para evitar que sus padres o peor aún Helga escuchará la voz de Lila que empezaba a entrecortarse, sabía lo celosa que su esposa siempre había sido con ella y lo mucho que odiaba que esa pequeña niña de dos trenzas se acercara siquiera a él.

-Entiendo-dijo Arnold aún nervioso-no sé de qué manera pueda ayudarte, dónde está Wolfgang,-busco por ambos lados de la calle.

-Estoy avergonzada de decirlo, pero él no está aquí el y yo...-soltó en lágrimas lanzándose en un abrazo hacia el sin terminar su frase.

-No estoy entendiendo, pero tranquila Lila, todo estará bien-dijo tratando de separarla de su cuerpo que presionaba con fuerza.

Por su parte Helga trataba de ver a Arnold, estiraba su cuello para poder verlo, pero parecía que ya no estaba en la entrada, ¿que era lo que hacía? y ¿por qué demora tanto?.

-Criminal, ¿que tanto haces Arnoldo?-pensaba Helga intranquila.

-Por qué no vas a ver querida, así estarás más tranquila-añadio Stella haber la ansiedad de ella.

-Si será lo mejor-dijo levantándose mientras limpiaba rápidamente con la servilleta su boca.

Helga apresuró el paso pensando que Arnold estuviera bien, tenía la incertidumbre de que Bob le hiciera una mala jugada por eso era que su esposo no se apresuraba al almuerzo, pero al llegar ahí, la puerta estaba entrecerrada y la voz de Arnold tratando de calmar a alguien que sollozaba, así que se acercó con confusión y jaló la puerta hacia ella para ver apenas los brazos delgados de una mujer que rodeaban el cuello de su esposo, desencadenando su enojo.

-¿Qué está pasando aquí?-dijo molesta con las manos en la cintura.

Arnold y Lila se separaron, ella limpió sus lágrimas.

-Lila, qué...¿qué haces aquí, abrazando a mi esposo?-dijo Helga con sorpresa al notar que no era nada más que la perfecta Lila pero sin ocultar su molestia.

-¿Helga tu que haces aqui?¿esposo?-respondió con otra pregunta igual de sorprendida.

-Yo pregunte primero-contestó Helga mas molesta mientras se cruzaba de brazos acosandola con la mirada.

-Amor, ella dice que tiene un problema-dijo Arnold apenado pero molesto por el abrazo.

-¿A si?-levanto la ceja desconfiada la rubia.

-Helga... ¿tu y Arnold ahora son esposos?-señalaba con el dedo la pelirroja, haciendo una paso hacia atrás.

-Si Lila ahora ella es mi esposa-tomó Arnold de la cintura de Helga mientras la acercaba a él.

-Que gusto oir eso-dijo disimulando su poco entusiasmo-creí Helga que aun estabas en parís pero que gusto verte de nuevo-la abrazo sin que ella respondiera al abrazo.

-Si, si... -dijo alejándose de ella-¿ahora si nos dirás que haces aquí?, ¿que problemas tienes que ameritan que abraces a mi esposo?

-Helga entiendo tu molestia pero no me malentiendas yo solo am...

-Buenos días Sr y Sra Shortman-Gritaba Gerald saludando a lo lejos con Phoebe a su lado mientras salían a ejercitarse, interrumpiendo la explicación de ella.

Arnold saludaba desconcertado y Helga incómoda ante el momento solo dio una sonrisa para responder al saludo de Gerald y de Phoebe.

-Wow... ¿Lila eres tu?-dijo Gerald deteniéndose frente a la casa de huéspedes limpiando el sudor de su rostro.

Recordar, no siempre duele. Arnold Y Helga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora