Esperándote

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Esa noche transcurrió como todas las demás una vez más y otro día comenzaba en Hillwood, como siempre todos los habitantes despertaban muy de mañana para las labores de siempre así como Helga y Arnold apunto de comenzar lo habitual, esta vez Helga decidió dejar aun lado la depresión y los miles de insultos que las personas decían sobre ella, siendo la misma Helga que fue hace unos años cuando tan solo era una niña, así que, se apresuró a ducharse mucho antes que su esposo, que aun empacaba una cuantas cosas, pero mientras ella enjuagaba el shampoo de su cabello en el baño, el agua tibia despertaba una sensación extraña en su cuerpo, por unos instantes, por un momento podía jurar que algo dentro de su vientre revoloteaba, así que limpio en perfección sus ojos con el agua para después acceder a pasar sus manos sobre ella en un caricia.

—¿Qué fue eso?—dijo algo angustiada.

—Amor...—dijo Arnold entrando a la ducha desnudando su cuerpo.

Helga quitó con rapidez las manos de su vientre al ser sorprendida por Arnold que entraba con la idea de ducharse juntos pero ella en completa distracción y nerviosismo solo acento a decir.

—¿Que haces aquí?—dijo sin pensar.

—Amm...—la miro Arnold confundido—me daré una ducha contigo, ¿eso es malo?.

Helga sonrió avergonzada ante lo que era obvio.

—Ah, no amor lo siento, es obvio... bueno... ya sabes... tu estas desnudo y yo también y bueno...—dijo con nerviosismo.

Arnold la miró aun más confundido ante su extraña actitud.

—¿Pasa algo?—dijo tomándola de la cintura con cierta preocupación mientras dejaba que el agua corriera por ambos—¿estas actuando muy extraño?

—No...—decía disimuladamente— bueno si... es que amanecí un poco distraída amor, lo siento,—se disculpaba con nerviosismo.

—Si, eso ya lo note, no te sientes mal otra vez ¿cierto?—dijo con intriga.

—No cabeza de balón, te dije que estaba distraída es todo pero... no lo suficiente para no hacer lo que tenías planeado—respondió a su seducción.

Mientras Arnold la besaba Helga trataba de recordar cuando había sido su ultimo día de regla, parecía que después de todos los problemas que había tenido meses atrás la mantiene tan ocupada que olvidó la propia reacción de su cuerpo, es decir, la ausencia de su último periodo.

Después de ducharse, Arnold se apresuró como su costumbre para tener el desayuno hecho para Helga ya que tenia planeado ir este día a la fundación, salir después de estos días de encierro, le haría muy bien, así que como siempre ayudar a su amada en lo que podía siempre era un placer para él siempre y cuando Lila no se apareciera en su camino.

—Estoy lista—dijo Helga apresurada bajando hasta la cocina aun con el cabello húmedo.

—Que bien amor—dijo Arnold sirviendo un poco de café.

—Yo también—dijo Lila siguiendo detrás de ella.

Arnold no pudo evitar un gesto de desagrado ante Lila que siempre solía ser tan entrometida.

—Amor, come algo antes de irte—dijo Arnold en completa preocupación.

—Lo siento Arnold, vamos retrasados, necesito dejar todo listo para Jake antes de marcharnos.—dijo Helga dando un sorbo a su café—vayámonos Lila.

—Pero... ¿no desayunare?—dijo Lila hambrienta.

—Lo siento Lila, es tarde y tenemos otras cosas por hacer en el refugio—dijo terminando su café apresurada y besando a Arnold para despedirse de el—chao amor, nos vemos mas tarde.

Recordar, no siempre duele. Arnold Y Helga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora