Recordar, no siempre duele. Arnold Y Helga.

El Tesoro De Gertie.

Helga se encuentra en silencio al igual que Arnold mientras maneja rumbo a la casa de huéspedes, aunque la tarde había sido agradable junto a Arnold sabía que todo el hermoso tiempo junto el acabaría en el momento en que llegarán  a la casa de huéspedes, el sueño había terminado y ella volvería a la vida a la que había regresado cuando volvió a Hillwood, pero no por mucho tiempo. Helga sabía que no podía hacer más y tenía que pensar seriamente que debía hacer después de este tiempo aquí, así que ambos bajan y entran a casa.

— Padres ya llegué —gritó Arnold desde la entrada de la casa.

Stella, Miles y Gertie salen a su encuentro.

—Hijo que bueno que llegaste, Helga que gusto que estés bien— La abraza Stella.

—Eleonor, no debes de salir huyendo de esa manera, nos has preocupado a todos. —menciona Gertie.

— Lo se Gertie, estoy apenada por lo sucedido esta tarde, lamento que tuvieran que ver esa parte de mi vida.— Menciona Helga triste.

— No es tu culpa Helga, no tienes porque disculparte por algo que no tuviste nada que ver— decía Miles.

— Lo se Sr. Shortman, pero aún así es algo que Bob no entiende, la palabra perdón no está en su vocabulario y la humildad es algo que no practica desde hace muchos años— hablaba Helga con desilusión.

— Pero olvidemos este momento bochornoso e incómodo, no es tu culpa eleonor así que olvida ya eso que, pasado, pasado es, hora ven sígueme tienes que descansar.— decía Gertie subiendo las escaleras con una charola de comida en sus manos que tenía lista para cuando ellos llegarán y Helga cenará en una habitación que acondicionó para ella.

Mientras, Helga mira a Arnold apenada y él le da una sonrisa dándole su aprobación.

— Ve y descansa Helga, buenas noches--decía Arnold mirando alejarse mientras suspiraba.

— En ese caso, buenas noches a todos—dice Helga siguiendo a Gertie.

— Descansa Helga— mencionan Miles y Stella.

Helga esta sorprendía, pues al parecer sabían que ella llegaría y que también se quedaría esa noche, así que sube con seguridad y agradecida que a pesar del mal rato que su padre les hizo pasar eran capaces de recibirla en su casa.

— Hijo, ahora que Helga no está, quisieras platicar contigo un momento— se dirigen al comedor y Stella prepara unas tazas de café para la conversación con Arnold.

— Padre Gerald ¿está bien? No pude despedirme y Sophie ¿ha hablado o saben algo de ella? —dice Arnold angustiado.

— Gerald se fue hace un buen rato y  Sophie está en su casa, algo enojada aún, llamó Phoebe para avisarnos que ella está bien  y bueno Arnold precisamente sobre Sophie queremos hablar contigo. — dice Miles con seriedad.

—Bueno papá te escucho. — Ambos toman asiento.

—Se que las cosas han sido un tanto difíciles para ti en este momento, Helga regresó y tu madre y yo no podemos evitar sentirnos angustiados ante esta situación.

Stella pone sobre la mesa la caja dorada con el anillo de compromiso destinado a Sophie.

— Este anillo era para Sophie ¿cierto Arnold? Por eso el día de la graduación llevabas mucha prisa

¿planeabas dárselo en ese momento? — cuestiona Stella.

Arnold se siente apenado e incómodo antes el interrogatorio— así es madre ese era el plan… pero.. ¿Donde lo encontraste madre?