MALAS INTENCIONES.

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-¿Al doctor?, nada de eso Arnoldo sabes cuantas veces he ido al doctor, ni una vez al menos después de niña jamás pasó, siempre he sido muy sana, tal vez solo sean los nervios. Hugh...-dijo aun con náuseas.

-Helga, solo seria esta vez, no has tenido apetito desde hace varios días y ahora vuelves el estomago, di lo que quieras pero esto no es normal, tal vez podamos estar...

Helga lo miró con los ojos bien abiertos leyendo su pensamiento.

-¿Esperando un bebé?-dijo con algo de disgusto.

-Mmmm... Si ...

-Es la segunda vez esta semana que lo mencionas Arnoldo y por segunda vez no es así-dijo con molestia-ayuda a levantarme-dijo tomando la mano de Arnold para pararse-eso no es posible, además nos hemos cuidado, tener un bebe ahora no seria lo mas indicado.

-¿Tan malo seria?-dijo Arnold entristecido mientras Helga molesta tendía la cama para hacer cualquier cosa menos pensar en el tema.

-Claro que no, eso sería algo hermoso, pero hay que librarnos de Bob y de toda esto, primero debemos marcharnos de aquí y pensar que es lo que haremos antes de traer una vida a la tierra, además eso es imposible camarón con pelos, nos hemos cuidado.

-Si pero solo el 95 por ciento tiene de efectividad cualquier método anticonceptivo y a diferencia de ti yo estaría muy feliz.-dijo usando su conocimientos de maestro pero usandolo como un reclamo siguiendo detrás de ella- Náuseas matutinas, vómitos y mareos sin mencionar el cansancio todos son síntomas de un embarazo..

-O de una salmonelosis-dijo con sarcasmo haciendo una pausa- , Arnold, no me des clases de sexualidad, se todo eso pero hablas como si fuera un hecho, todo tiene una explicación, sabes lo difícil que ha estado estos últimos dos mese con los proyectos del refugio, sin mencionar que todo este teatro de Bob está empezando a hacerme sentir culpable, no decirle la verdad a Morían está matándome más de lo que tu crees y parece que no lo entiendes solo estas ahi hablando tonterías.

Arnold se sintió herido ante las palabras que Helga usaba para defenderse.

-No hables como si fuera insensible ante lo que te pasa con tus padre sabes que no es así, no estuve de acuerdo con esto, te dije que no era una buena idea.

-¿Entonces buscas culparme Arnoldo?-dijo ofendida-creo que tengo suficiente con esto para que ahora mi propio esposo me culpe por querer hacer lo mejor para nosotros-lanzó las almohada con fuerza en el suelo.

-No es lo que quise decir...-respiro profundamente para tranquilizarse- amor, entonces cede sólo a un chequeo, no será tan malo.

-Por última vez, no Arnoldo-recalco- ¿y sabes que? , me voy a duchar, me relajare y buscaré la paz que mi esposo no me puede dar, estoy muy bien y más vale que cuando termine hayas cesado con este ridículo tema-dijo la rubia dándose por vencida entrando al baño mientras azotaba la puerta con fuerza.

-Helga espera...-dijo Arnold con la puerta azotada en sus narices-Maldición.

Arnold giro la perilla de la puerta pero Helga la había cerrado por dentro, despues de eso solo tomo su chaqueta y salió de su habitación tratando de relajar sus ánimos y no ser descubierto por sus padres pero ya era tarde, alguien había escuchado y esa era La que salía de su habitación con un camisón blanco y una bata muy delgada que al perecer no estaba interesada al ponerse al descubierto frente a Arnold.

-¿Todo bien Arnold?- hasta acá se escucharon sus gritos.-dijo acercándose a él en una fingida preocupación.

Arnold estaba tan molesto que apenas noto el estado en el que Lila se había presentado frente a él, pues su cuerpo estaban un tanto descubierto.

Recordar, no siempre duele. Arnold Y Helga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora