EMBUSTE.

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EDMUND.

Ya era tarde, podía oír el crujido de mi estómago debido al hambre y el de todos aquí, aunque Ludwing prefería seguir durmiendo echado sobre esa silla con terribles ronquidos, pero me preocupaba Helga, su semblante era pálido y solo cerraba los ojos de vez en cuando, tal vez solo era cansancio, por su parte Olga miraba a través de la ventana o al menos lo que alcanzaba a ver fuera de ella con el pensamiento perdido, pero yo, pensaba en ti Lila.

—¿Como puedes permitirte que te trate de esa manera?,—pensaba mientras Ludwing se acomodaba en esa silla aun durmiendo que solia rechinar con cada pequeño movimiento. Es insoportable pero no mas que saberte herida por Wolfgang por quien juro amarte toda la vida y la razon de jamas decirte lo que siento.

—Edmund, Edmund... pedazo de idiota muero de hambre —me llamaba la menor de ellas suplicando algo de comer.

—Esperen un poco mas, Wolfgang no debe tardar.

—Nos moriremos de hambre, debemos comer, piensa en el bebe— insistio la mayor.

—Lo se, lo se, pero Wolfgang esta demorando y dejen de hacer ruido que el humor de Ludwing empeorara si lo despiertan nuevamente.

Guardaron silencio mientras se miraron una a la otra tal vez intentando saber el pensamiento de una a la otra debido a mi precensia pero parecian no comprenderse.

—Bien —dijo la menor Pataki y yo, agradeci el gesto pues queria volver a mis pensamientos en ti mi querida Lila.

—Espera... —refleccione ahora desconfiado —¿solo accederán a hacer lo que les digo?, sobre todo tu Helga Pataki, que sueles discutir cada momento, ¿solo guardaras silencio?

Ella cambió el semblante

—Estoy cansada— suspiro— no tengo energías para discutir con idiotas como ustedes, quiero guardar las últimas palabras que me quedan cuando el idiota de Wolfgang y la estúpida de Lila decidan quitarme la vida, tengo unas cuantas maldiciones que decirles antes de partir.

—No sucederá —repetí con enfado pero a la vez inseguro ¿de veras ese era el plan de Wolfgang? ¿y tu mi querida princesa serias capaz de ceder a algo así?.

—¿Como estas tan seguro ?—reprendió Olga con el maquillaje corrido sobre sus mejillas.

—¡DEJEN DE HACER TANTAS PREGUNTAS... !—exclame ya molesto.

La realidad es que no lo estaba, no estaba seguro de nada en ese momento Lila, me estaba volviendo loco con todo lo que Helga acaba de vomitar de su boca, tu, ¿usada por Wolfgang para hacer una venganza por dinero mal habido? ¿y yo siendo cómplice de esto? su plan era un completo enredo, no era lo que acordamos. ¿A qué problema decidí meterme? estaba muy bien siendo un simple asalariado, trabajador en lo cultivos de tomate, si, no se gana lo suficiente pero me daba la oportunidad de seguir estudiando al mismo tiempo, terminar el último semestre de preparatoria que nunca concluí por mi vida descarrilada. Tenía un plan con un nuevo comienzo, una nueva vida, un empleo y algo que me prometía un bienestar en el futuro, pero ahí estaba Wolfgang una vez más, tocando a mi casa por primera vez en varios meses de no verlo esperando que esta vez fuera para algo más que pedirme dinero o mi ayuda, pero que equivocado estuve.

—Necesito de ti hermano—me dijo con los ojos cristalinos y con esa voz temeroso de niño llamándome "hermano", ¿como no ayudarlo?.

—¿Que necesitas,¿que sucede?— dije aun preocupado e ingenuo.

—Bob Pataki, es el culpable de mis desgracias Edmund, estoy completamente devastado.

—No hablas claro—dije aun mas preocupado.

—Trate de arreglar mi vida para darle lo mejor a Lila, un empleo, pues creia que seria lo mejor hasta que me despidió no sin antes humillarme y pisotearme y dejarme sin un centavo en la bolsa, no puedo permitirle eso—reclamabas molesto.

Recordar, no siempre duele. Arnold Y Helga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora