La Graduación.

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Esa misma mañana en casa Pataki, Miriam tocaba la puerta de la habitación de Helga.

—Helga, querida, la graduación—llama entrando a la habitación.

La rubia aun sin despavilar atina solo a cubrir su rostro con las cobijas, cualquier cosa que estuviera diciendo su madre solo eran burdas palabras mezcladas con palabras de aliento para insitar a seguir disfrutando de su rico y placentero sueño.

— ¡Helga!— llama una vez más, esta vez con un poco de agresividad en su voz — Phoebe estará esperando, creo que quería verlas.

— Maldicion Miriam, ¿que pasa con Phoebe?— dijo casi entre sueños cuando la palabra Graduacion, entre las primeras frases de su madre comienzan a tomar sentido en su cerebro que también despertaba — Olvide la graduación — se levanta con espanto de inmediato golpeando su frente con su Palma con cierta fuerza para terminar de despertar.—¡Olvide la graduación!.

—Ya lo sé— dijo Míriam divertida—pero tranquila, si te apresuras podrías llegar a tiempo.

La rubia mira el reloj solo para comprobar que " tarde" , era una pequeña descripción de su verdadera insensatez, contempla a su alrededor buscando en su ropa que no estaba del todo desempacada buscando algo que ponerse y recordar que no encontraría ningún vestido pues no creyó necesitarlo, pero es demasiado tarde para salir a buscar alguno. Míriam, que observaba en los aprietos en los que su hija menor estaba, sin perder más tiempo, corrió apresurada a su habitación y sacar de su ropero uno de sus mejores vestidos.

—Este te quedará hermoso — dijo Míriam con una cálida sonrisa en su rostro con el vestido en sus manos.

—Míriam, no puedo usar ese vestido, son los mejores que tienes, puedo mancharlo o pasarle algo, odiaría maltratarlo.

—Que importa — dijo Míriam — sin duda es el mejor que tengo, pero te lo ofrezco, esta día debes estar hermosa, se que habrá más de uno que te espera con ansias, así que cambiate y diviértete.

Helga asintió con la cabeza con una sonrisa incomoda, que su familia fuera detallista era algo desconocido para ella, pero no había tiempo de cuestionarse las intenciones de su madre así que se apresuró, se puso el vestido que marcaba todo su cuerpo esbelto, debía decir que se veía hermosa mientras unas ondas sueltas en su cabellera le daban el toque especial al look que usaba en el momento.

— ¡Estas hermosa! — exclamó Míriam contemplandola a lo lejos.

—Gracias— Dijo extrañada al recibir un halago de su madre— deberias ir conmigo, será raro llegar sola al lugar después de tantos años.

— Sabes que debo cuidar de tu padre, además, te irá muy bien— sonreía ella animosa.

Helga se miró en el espejo y mientras aún se contemplaba, su mirada se torno triste.

—Míriam... ¿él ha despertado? —preguntó nostálgica.

Míriam la miró de la misma manera.

—No hija, sigue dormido, ni siquiera sabe de tu presencia pero en cuanto despierte le diré que estás aqui y podrás...

—No es necesario Míriam — disimula Helga ahogando su pena—necesito divertirme y estoy ansiosa por volver a ver a mi amiga Phoebe, hace mucho que no la veo, hablábamos de vez en cuando, pero cuando empecé las giras de las últimas obras teatrales perdimos contacto total... Así que si la extraño mucho, ella era lo único que me hacía no extrañar tanto este lugar— recordaba nostalgica— En fin ahora estoy aquí debo alcanzarla, me odiara por llegar tan tarde.

Le da un beso en la mejilla, no hay tiempo que perder, una amiga en una graduación en Hillwood la esperan.

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Recordar, no siempre duele. Arnold Y Helga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora