—Encendí nuevamente el celular, parece que las llamadas de Damien habían cesado, tal vez se había dado por vencido y agradecía enormemente que lo hiciera, no quería que nadie opacara mi enorme dicha así que Arnold y yo subimos al auto mientras el Sr. Walter nos llevaba con destino a nuestro hotel de vuelta. Estaba recostada sobre el pecho de mi ahora esposo mientras me envolvía con sus brazos fuertes y cálidos. Hubo silencio de parte de todos los presentes en el auto, el Sr. Walter escuchaba por la radio un clásico de los Beatle, Hey Jude para ser exactos, mientras percibía el corazón latir de Arnold en mis oídos.
—Y en cualquier momento que sientas el dolor.
Hey jude, abstente
No lleves el mundo sobre tus hombros.Sonaba la melodía mientras captaba la intención en cada palabra. Mil veces he escuchado esa canción y nunca note lo hermoso que sonaba justo esa parte, ¿algún día dejaré de sentir ese daño? Y dejar de cargar el mundo sobre mis hombros?, qué difícil podía ser con todo el mundo poniéndose en mi contra.
—Lo has encontrado, ahora ve y consiguelo
Recuerda dejarlo entrar en tu corazón
Y entonces podrás empezar a sentirte mejor.Oh Arnold, eso es lo que eres para mi, mi dulce copla, que ayuda a sentirme mejor.
Era claro que no quería a nadie más para mí salvación si no solo al ser que admiraba con loca obsesión desde que era una niña.Presione más aún a Arnold pensando en lo próximo que sigue después de una boda, a mi memoria llegó el día, hace un tiempo, en que asistí a una boda de una compañera de reparto en una obra.
—¿Sabes qué es lo que odio de las bodas?—me dijo mientras cenamos aquella noche
—No lo se, no creo que haya algo malo después de una boda—dije confundida mientras hablaba lo más fuerte posible por la música tan alta de la fiesta.
—Que al final de esta celebración todos saben que es lo que sigue, una clara luna de miel—me dijo con una sonrisa hablando más fuerte que yo.
Era cierto que estaba por pasar y el único que sabe lo que pasará después solo somos los tres dentro del auto aunque debo aceptar si lo pensaba demasiado me causaba algo de vergüenza.
—¿Que piensas amor?, has estado callada todo el viaje—me dijo Arnold besando mi cabeza.
Suspire fuertemente—nada Arnold, solo lo feliz que soy en este momento y lo mucho que odiaría que terminara—dije ruborizada por mis pensamientos.
—Llegamos—dijo el chófer.
.
.
.
Arnold y Helga bajaron del auto no sin antes agradecer el servicio y compañía del Sr. Walter para después entrar al hotel.—Bien Sra. Shortman, es hora de entrar— dijo cerrando la puerta del auto mientras el auto se alejaba.
El cargo a Helga entre sus brazos.
—¿Que haces Arnoldo?, vas a tirarme—hablo ella entre risas levantando lo largo del vestido hacia ella.
—Así es como se hace, el novio debe cargar a la novia, ¿qué clase de esposo sería si no lo hiciera?— camino Arnold ansiosamente hacia el hotel.
—¿En serio me llevarás hasta el cuarto 312 camarón con pelos? son demasiados pisos y odiaría que te rompiera la espalda antes de la luna de miel—mencionó agarrándose fuertemente de él.
Arnold se detuvo a pensar por un momento:
—Bien tu ganas, tienes razón—hablo bajando con lentitud—debo estar fuerte para lo que sigue—beso sus labios—vamos entremos.
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Recordar, no siempre duele. Arnold Y Helga.
FanfictionHelga, una mujer dedicada a las artes escénicas a decidido regresar a Hillwood a solucionar los problemas por los que se alejó del lugar, pero se llevará la gran sorpresa de encontrase con un pasado lleno de dolor, un viejo amor a punto de compromet...