La Misma Helga.

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Conforme los minutos pasan, Arnold siente la ansiedad apoderarse de él al pensar sólo en Helga, tanto que Sophie puede notarlo, podía ser ingenua pero no demasiado como para no sospechar que a su novio algo le perturba, pero la fiesta ha concluido y no desea hacer la noche más pesada de lo que había sido hace un momento, callada y reprimida decide ayudar a Arnold que se disponía hacer un poco de limpieza tratando de mantener su mente distraída.

Por otro lado, Gerald presiente algo y la preocupación por la actitud de su mejor amigo solo aumenta las sospechas que lo que acababa de suceder con Helga era demasiado para su pobre amigo, lo conocía bastante bien y sabía las pocas veces en las que Arnold había perdido la sensatez y una de ellas había sido con la partida de Helga que sufrió tras varios meses recordando como si ella hubiera dejado de existir. ¿Cómo sabría que después de tantos años, su mejor amigo aún se sintiera como un niño enamorado al saber de Helga?, ni siquiera él estaba seguro de que algo así podría pasar, sobre todo si se supone que el rubio risueño estuviera a punto de comprometerse diciendo estar enamorado. Necesitaba hacer algo para hacerlo entrar en razón y vio la oportunidad al ver a Arnold entrar al tocador, no era el mejor lugar pero si uno donde las chicas no estarían y podría hablarle con libertad.

- Viejo, necesito decirte algo - llamó el moreno mientras Arnold procedía a lavar sus manos bruscamente - ...Se que este es un tema sensible para ti y ya que aquí nadie puede escucharnos necesito decirte con urgencia algo, en unos minutos Phoebe y Helga vendrán a cenar y antes de que digas algo te pido desiculpas por qué ahora se que fue un error...- mencionó sincero.

Arnold miró frente a él con sorpresa mientras sus ojos cristalinos se llenaron de emoción.

-¿E... Ella vendrá...? -tartamudea -¿Por qué no me dijiste nada? ¿Helga realmente vendrá? ¡Debemos recibirla de la mejor manera, el salón está casi por cerrar y no hay tiempo para poder arreglar aunque sea un poco por ella! ¡Gerald, debiste decírmelo! - insistió molesto e impaciente caminado de un lado a otro.

-Esta es la razón por la que no te dije nada-dijo Gerald cruzado de brazos con el entrecejo fruncido - ¡mira como te pones, viejo...! Si no te tranquilizas Sophie comenzará a notarlo y no querrás quedarte sin esposa si ni siquiera haberlo intentado antes. Helga y Phoebe han pasado todo este tiempo en el parque así que les dije que vinieran tan solo un momento, pero será mejor que le diga a Phoebe que no es buena idea, comienzo a creer que el que Helga este aquí en Hillwood podría ser un verdadero problema.

-No se de que hablas Gerald, estoy bien- fingia - y no hay necesidad de hacer eso... no hay problema - repetía entusiasta - me daría gusto que el día que la volviera a ver fuera hoy, cuando por fin regresó, supongo que están cansadas y a mis padres les dará mucho gusto volver a verla.

- Bueno al parecer no sólo a ellos Arnold, parece que tu también estás muy emocionado, no me mientas viejo, te conozco de toda la vida y solo a sido con ella la única mujer con la que te he visto actuar como un idiota.

Arnold se miró en el espejo del tocador con tristeza, ahora sus pensamientos lo perturban.

- No te lo negaré Gérald -suspira- estoy nervioso pero también estoy contento de su regreso, es una sorpresa y un regalo para mi que este aquí, espero que sea la misma Helga de siempre, alegre, risueña y divertida que conocí.

-No cabe que el amor es ciego Arnold, nunca le vi nada de esas cualidades que mencionas pero si tu lo dices- menciona Gérald mofándose - pero... Ya hablando en serio, recuerda que Sophie esta aquí. Estabas por pedirle matrimonio hace un momento, tal vez ahora puedas hacerlo y..

- Ya veremos... - interviene Arnold impaciente - voy a decirle a los meseros que preparen un par de platillo antes de que terminen de recoger toda la comida. - se retira emocionado.

Recordar, no siempre duele. Arnold Y Helga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora