Arnold entra a la tienda y elige una gafas de sol y una gorra para tratar de que ella pase desapercibida, al menos eso esperaba necesitaba a tiempo a solas con ella y eso solo podía hacerlo si no la reconocían, quería evitar el show de la graduación, que ella se sintiera cómoda era lo que son duda anhelaba.
- Mira Helga es para ti-dijo saliendo hacia la rubia, colocando las gafas lentamente en los ojos perdiendose uno al otro por un momento.
-Ammm... Yo... Gracias Arnold, yo puedo ponerme la gorra-dijo arrebatandola de sus manos mientras se alejaban.
-Bien Helga, así nadie te reconocerá -menciona con nerviosismo-Lastima que las gafas y la gorra no puedan tapar lo hermosa que eres.
- Basta Arnoldo si sigues con tus halagos harás que me vomité-disimula- y... ¿crees realmente que esto funcione?
-Bueno, muchos famosos lo hacen, asi que ¿porque tu no? Es más, estas irreconocible Caminemos que debemos aprovechar el tiempo.
-Si, tal vez tu futura prometida ya esté en tu casa y pregunte donde estas.
- Espera-dice Arnold haciendo una pausa en su caminar -¿cómo que prometida? ¿ como sabes de eso?
-Bueno melenudo tu mejor amigo no es muy bueno guardando secretos.
Arnold se ruboriza, se supone que Helga no debería saberlo al menos no ahora.
-Bueno sobre eso Helga, es algo complicado yo...
-No te preocupes Arnoldo, no es asunto mío así que entremos a la fuente de sodas que extraño ese sabor delirante de las malteadas que congelaban mi cerebro cuando era una niña.
- Está bien Helga, entremos-dijo entristecido.
Arnold y Helga entran, eligen la mesa de costumbre, era maravilloso estar ahí, era como volver a ser niños, Helga mira a todos lados entusiasta mientras ordena algo ligero, pero regresar la mirada a Arnold se mostraba indiferente por saber el compromiso futuro del rubio que le robaba el sueño aunque no sabía por qué sentía que le molestaba; mientras tanto Arnold recibo los helados ambos comienzan a comerlo.
-¿ Aún te saben igual? - pregunta Arnold.
- Mmmm...-saborea- No lo sé Arnold, parece que el sabor es muy diferente, tal vez no sea la misma persona que las hacía.
- No lo has olvidado y tienes razón, él señor Bernard se fue hace mucho tiempo de este lugar, ahora es otro dueño el que administra, desde ese entonces muy poca gente viene al lugar.
-Mmm... Bueno que desilusion-Decía Helga contemplando su copa-Supongo que nada es para siempre Arnold, todos están distintos, y Hillwood también hay muchas cosas que ya no son como antes, ¿que ha pasado con nuestros amigos? Stinki, Sid, Harold e incluso la perfecta Lila, y Braini ¿que ha sido de ellos?
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Recordar, no siempre duele. Arnold Y Helga.
FanfictionHelga, una mujer dedicada a las artes escénicas a decidido regresar a Hillwood a solucionar los problemas por los que se alejó del lugar, pero se llevará la gran sorpresa de encontrase con un pasado lleno de dolor, un viejo amor a punto de compromet...