Un corazón roto... Helga.

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Helga y Olga siguen en la habitación, era uno de esos momentos en los que extrañaba cuando estaba en Paris, su amiga, y una confidente.

-Basta olga espera, dame un respiro, ese último almohadazo casi me saca volando jaja –Rie Helga tratando de controlar la respiración.

-Jaja... vaya hermanita bebe, creí que sería yo la que me rendiría, pero bueno te daré tregua solo un momentito pero ahora cuéntame que sucedió con Arnold el día de ayer, no crees que me comeré ese cuento de que solo son amigos ¿cierto?

-Bueno, respecto a eso, si Olga solo somos amigos. –Dice Helga agobiada.

-Cuéntame que sucedió hermanita, sabes que puedes decirme lo que sea.

-Si Olga lo sé, pero antes quiero hacerte una pregunta, creo que necesito desahogarme y tal vez este volviéndome loca pero... - titubea - ¿ tú crees que el amor sea para siempre?.

-Bueno hermanita, no estoy segura, creo que sería la menos indicada para decírtelo, pero tal vez sea así.

-Criminal, esperaba una mejor respuesta pero en fin Olga, lo que tuve con Arnold fue algo muy hermoso, pero tampoco esperaba que a mi regreso pudiéramos continuar con nuestra historia inconclusa, cuando me fui de aquí pensaba regresar poniéndole fin a todos mis problemas, regrese por Miriam, por hacerle el favor de tenernos cerca y ahora Arnold tambalea mi mundo, el está por comprometerse, pero cuando lo vi, criminal, algo sucedió, me sentí como esa niña que se convirtió en adolescente mientras vivía amándolo y ahora me siento igual que en aquellos tiempos, creo que lo quiero demasiado y me está asustando que pueda volver a enamorarme de él.

-Pero hermanita ¿qué te hace sentir eso otra vez? ¿Sucedió algo más entre ustedes este tiempo?.

-Rayos Olga no nada grave pero después de ese ridículo de Bob en casa de sus padres, Arnold fue a buscarme y creo que debo agradecérselo a Bob, de alguna manera hizo que Arnold me buscara y se interesó por que estuviera bien, jugamos un poco y cuando dormí en su casa me hizo sentir que mi presencia lo incomodaba pero por la necesidad de querer estar cerca de mí, no se Olga, no sé qué sentir, tuve que irme sin despedirme, no sé qué hubiera sido capaz de hacer si permanecería otro segundo a lado de Arnold.

-Bueno, pero si tuvieras la posibilidad de que él no se casara y estuviera contigo, le corresponderías.

-Olga eso es imposible, esa mujer tan bonita y tan igual a Arnold lo ama mucho y parece ser que Arnold igual porque de lo contrario él no le pediría que se acara con ella.

-Bueno hermanita bebe, y ¿si fuera el caso?

-Estoy segura de que no lo dejaría Olga, esta vez sería diferente, soy una mujer independiente, soy diferente a esa niña indefensa y daría todo por estar con él, pero ahora él es inalcanzable.

-Lo siento hermanita bebe, pero aún hay más peces, eres hermosa e inteligente y el que se fije en ti será afortunado hermanita.

-Gracias Olga, pero es tu deber decírmelo.

-Claro que si hermana, pero también es cierto.

-Bajen a desayunar, esta lista el desayuno. -Gritaba Miriam desde afuera de la puerta,

-Vallamos antes de que Bob empieza a gritar.- Decía Helga apresurada

Mientras desayunaban Olga contaba de sus maravillosas aventuras como organizadora de eventos, y la numerosas bodas a las que había asistido, un álbum de foto las respaldaban y las mostraba a su padres, Bob como siempre, orgullosa de su hija y en cada oportunidad no faltaban los halagos para ella, Miriam notaba a Helga distraída aunque era su costumbre

Recordar, no siempre duele. Arnold Y Helga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora