3.

5.2K 608 209
                                    

—Taiki.— hablo la pelirosa. —Abre la puerta.

—Vete, estoy estudiando por favor no me interrumpas.

—Taiki..

—¡Por favor vete!.

Sin decir otra palabra la pelirosa comenzó a irse de ahí, su hermano ya llevaba un mes actuando extraño.

Y eso le preocupaba.

De un momento a otro su pequeño hermano comenzó a tener una expresión triste en su rostro, comenzaba a perder su sonrisa.

Pensó que tal vez era por su etapa de adolescente, pero no era a si. Taiki era un niño demasiado alegre, ¿por que actúa a si entonces?.

Nuevamente, regreso a la cocina sola. Comería sola nuevamente, ya era la tercera vez en esta semana. Algo sucedía con su hermano ya que el nunca se negaba a la comida que ella preparaba.

Se encerraba y de ahí no salia del cuarto, había noches que lo escuchaba llorar, y su mirada parecía cada vez mas sin emociones. Sus ojos ya no emanaban ese brillo que siempre traía, y su sonrisa parecía perderse cada día mas.

Sabemos que la escuela no es fácil, pero no es tanto como para ponerse en ese estado ¿no?.

—¡Ya dejenme en paz!.— el grito ronco de su hermano lo puso en alerta. —¡Ya basta!.

Rápidamente subió las escaleras, el ruido y los gritos de su pequeño hermano la alertaron.

—¡Taiki!.— grito la pelirosa frente a la puerta del mencionado. —¡Abre la puerta!.

—¡Largate!, ¡No quiero verte!, ¡Quiero morir!.— el ruido del espejo rompiéndose la asusto.

—¡Abre esta maldita puerta!.— volvió a gritar pero ahora mas desesperada, no quería que su hermano cometiera una locura.

—¡Los odio!, ¡Me odio a mi!, ¡¿Que hice para merecer esto?!.— los llantos del niño no eran mas que desgarradores para la hermana mayor.

—Abre la puerta enano.— hablo mas tranquila, intentando calmar a su hermano. —Hablemos, resolvamos el problema.

—Largate.. — fue la única respuesta por parte del niño.

—Tu..— hablo cabreada la pelirosa, una vena se asomaba por su frente. —¡Ya me canse de tu pinche actitud Taiki!.

Y de un patadon en la puerta, esta se abrió de un azoton dejando ver a la Haruno mayor a su pequeño hermano sentado en uno de los rincones del cuarto abrazando a sus rodillas y llorando desconsolada mente.

La imagen que veía en todo el cuarto era algo que jamas se imagino de su hermanito, su espejo estaba roto en cachos, su cama destendida los libros y cuadernos esparcidos por todos lados, incluso la puerta de su ropero estaba rota.

Los llantos de taiki hicieron que girara su cabeza hacia el, cerraba sus manos en puños con fuerzo logro ver que de sus manos brotaba un poco de sangre.

Rápidamente se acerco a el, tomo sus manos y si efectivamente lo que sospecha sus manos apretaban con fuerza un pedazo del cristal del vidrio roto. De inmediato se lo arrebato, Taiki seguía llorando, y eso era algo que a ella le dolía ver en ese estado a su hermano y sin saber por que.

—Vamos enano.— dijo la pelirosa mientras lo cargaba para salir del cuarto.

Taiki no opuso resistencia, se dejo cargar por su hermana y juntos salieron del cuarto. Se dirigieron al cuarto de la pelirosa, llego abriendo la puerta con un pie depósito a su hermano en su cama, este seguía aun con la mirada pérdida.

Fue por un botiquín de primeros auxilios, limpio sus cortadas con cuidado para al final echarle un poco de alcohol. Durante su curación el niño no dijo absolutamente nada, por lo que ella decidió hablar.

—¿Por que hiciste eso Taiki?.— hablo claro y directo. —¿Que te sucede?.

—Estoy harto.— contesto secamente. —De todos, de todo el mundo.

—¿Hasta de mi?.— fingió estar dolida.

El niño, alzo su cara para mirar a su Hermana, ella termino por ponerle unas vendas, se topo con los bonitos ojos de su hermana, ella no merecía esto no merecía preocuparse por el.

Las lágrimas salieron de sus ojos cuando menos se dio cuenta, y ella instintivamente lo abrazo y comenzó a secar sus lágrimas.

Se sentó en su cama, y con su hermano en sus piernas, pareciera como si tuviera a un bebe el estaba entre sus piernas mientras Sakura le abrazaba y reconfortaba.

—¿Recuerdas esa canción?.— hablo de repente la mayor. —La que nos cantaba papá.

El niño solo asintió, y poco después Sakura comenzó a cantarla.

—Pasa el tiempo y los recuerdos, se van alejando ya.— comenzó a cantar. —Angeles fuimos y desde el cielo semillas de amor...— Taiki se deleito al escuchar a su hermana. —La tristeza de este mundo se borro hiriendo el cielo azul, la amistad y el amor siempre brillaron y hoy también lo harán.— Ella tomo la pequeña mano de su hermano. —Mis alas no tengo desaparecieron ya, pero conmigo aun tengo el poder. — Beso su mano vendada con cuidado. —En tu pupila, el arco iris, se reflejo y el amor florece en tu corazón.. Sigue.. Teniendo fe y esperanza en que el mañana va a cambiar.. Este desierto se transformara, un paraíso es lo que pronto sera.. Abre.. Tu corazón a la magia y el amor, son verdad.— Termino por cantar.

Taiki estaba llorando, su padre solía cantarles esa canción para que fueran fuertes y valientes y saber pelear ante las adversidades, saber que no se encontraban solos, Taiki después de un rato de llorar en los brazos de su hermana se quedó dormido ella lo recostó en su cama cubriéndolo con las cobijas, pero hubo algo que le llamo la atención, al intentar acomodarlo para que durmiera su camisa se había alzado un poco y no es que ella fuera una mirona, si no que ciertas marcas de moretones le llamaron la atención en el cuerpo de su hermano.

Alzo la camiseta un poco mas pero con cuidado de no despertarlo, no era sólo una, eran barias las que estaban ahí. La piel blanca de su hermano estaba llena de esas marcas, incluso si es que esta viendo bien también trae cortadas.

Las ganas de llorar fueron inmensas ver a su hermano en ese estado, viendo como sufre y sin poder hacer algo la desesperaban.

Pero también, ¿Es que acaso quiere verle la cara de estúpida?.

No señor, ira averiguar que es lo que sucede con su hermano.

Por que nadie se mete con su pequeño hermanito.

¿Tu eres quien golpea a mi Hermanito?.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora