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Sus brazos dolían, aun sentía el metal de las esposas en sus muñecas, sus muñecas también le dolían por el forcejeo que hizo al intentar safarse.

Sentía los ojos pesados, no podía abrirlos, todo se escuchaba silencioso, intento moverse pero sentía un peso encima de sus piernas. Movió a los lados la cabeza, aun sentía el liquido de la sangre correr por su rostro.

— Ta- Ta..iki.— logro pronunciar, pero no recibió respuesta alguna.

Le dolía demasiado el cuerpo y demasiado la cara, pero con dificultad comenzó abrir los ojos. Su vista estaba borrosa, cerro con fuerza los ojos para volver abrir y lograr que su vista se mejorara, tardo un momento en que se enfocará bien su vista. Su casa estaba vacía, ya no había nadie pero estaba destrozada, habían destrozado su hogar.

Miro hacia abajo, el peso que estaba en sus piernas era su hermano. —Taiki, — lo movió un poco con sus piernas. —Despierta enano...

Nuevamente las lagrimas salían de sus ojos, —Ya Taiki.. despierta...— el terror se apodero de ella, con su poca fuerza en las piernas movió a su hermano y lo comenzo acercar a ella.

— Taiki.. — lloro mientras acercaba a su hermano a su pecho, —Perdóname enano.. No pude protegerte.

Le hablaba mientras lloraba, tuvo el cuerpo de su hermano ahora en su pecho, lo abrazo con sus pies mientras lloraba por él. —Por favor ya despierta.. — decía contra su cuello, pero Taiki no respondía.

Las lagrimas no cesaban, su hermano estaba rodeado de sangre en todo el cuerpo, maldita la hora en la que no se dio cuenta que algo no estaba bien.

Comenzaba odiarse por no poder ser lo sucientemente fuerte como para poder protegerlo.

— No me hagas esto enano...

Sus lágrimas caían en el pequeño cuerpo de su hermano, tenia tantas ganas de abrazarlo con los brazos, cargarlo y llevarlo al medico a urgencias. Pero las malditas esposas eran el problema.

— Te voy a sacar de aquí, — dijo mientras sacudía sus brazos. —Me oíste, voy a sacarte de aquí.

Tomo aire por unos momentos, con su pulgar izquierdo presiono el hueso del pulgar derecho, haciendo que se desacomodara de su lugar.

El sonido del hueso tronarse mas el pequeño dolor, hizo que chasqueara la lengua, las muñecas le dolían. Así que con cuidado, comenzó a deslizar su mano por la esposa.

Su brazos inmediatamente cayeron al suelo, el cansancio y el dolor no pudieron soportar más.

Aun que sus brazos le dolían, volvió a levantarlos para acunar el cuerpo de su hermano contra el suyo.

— Ya te tengo.. — decía entre lagrimas. —Ya nadie te va a separar de mi.. ya nadie te va a lastimar...

Quería que su hermano le hablara, quería que le dijera algo, lo que sea.. no escuchar su voz la ponía inquieta.

— Por favor Taiki.. — comenzó acariciar su rostro. —Abre tus ojitos hermanito...

Con su mano comenzó a quitar los restos de sangre, sus labios estaban partidos y cortardos parte de la sangre salia de ahí y dentro de su boca, tenia un ojo inflamado y el otro lo tenia morado, de su frente brotaba sangre, pero con su mano la retiraba.

— Abre tus ojitos Taiki... — sus lagrimas caían a su rostro. —Dejame ver tus ojitos hermanito.

Lo sacudió un poco en un intento de despertarlo, pero nada. Taiki no despertaba, —No me hagas esto Taiki... — el dolor la comía. —Eres lo único que tengo.. no me dejes solita...

¿Tu eres quien golpea a mi Hermanito?.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora