42.

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Llegue tocando las grandes puertas de metal de la bóveda, este lugar era al que solíamos frecuentar cuando hacíamos de las nuestras. — ¡Abre la puerta maldito hijo de puta!.

— ¡Suigetsu!—. Las puertas del almacén se abrieron lo suficientemente para que pueda entrar. —¡¿Donde estas maldito?!.

— Hey amigo, que manera de recibirme es esa.— bajaba las escaleras de la segunda planta mientras sus secuaces los seguían. —He estado fuera de la ciudad, ¿ Y tú me recibes de esa manera?.

Extendió sus brazos mientras se acercaba a mi en un intento de abrazarme, pero de solo verlo con esa sonrisa burlona y esa actitud victoriosa me hizo sentir repugnancia, y no reproche las ganas de mi irá, y antes de que solo pueda tocarme le propine un golpe en su rostro tirándolo al suelo.

— ¡¿Pero que mierda te pasa?!.— dijo mientras se levantaba con un pequeño rastro de sangre brotando de su boca.

— ¡¿Que me pasa a mi?!, ¡Que jodida mierda es lo que te pasa a ti imbécil!, ¡Tienes alguna maldita idea de lo que acabas de ocasionar!.

— ¿Oye de que me estas hablando?.

— ¿De que te estoy hablando?.— recalque la pregunta. —¡¿De que te estoy hablando?!, ¡Te estoy hablando de las personas que fuiste a golpear hace unos momentos grandísimo idiota!.

— ¡Ah!.. De eso.. — comenzó a caminar al mini bar que teníamos ahí, su actitud tranquila me comenzaba a molestarme. —Tranquiliza Sasuke, ya todo esta hecho, fuimos muy cuidadosos nadie nos vio y nadie sospecho.

— ¡Ese es el maldito problema!, ¡te mande como cinco mensajes que cancelaras el maldito trato!, ¡te iba a pagar el dinero pero que cancelaras el estúpido trato!.

— Extravíe mi celular, y tuve que cambiarlo por uno nuevo.

— Por eso también mande una carta explicándote todo junto con el dinero a uno de tu hombres justo después de que te largaras de aquí.

— Pues debió ser al que mataron antes de que llegara conmigo, en mi ultimo encargo he perdido gente.

— Y lamento mucho tu perdida pero ahora estamos metidos en un grandísimo problema. Gracias a tus estúpidos actos se avecina una gran tormenta.

— ¡Ahs, estas exagerando todo!, ya te dije que nadie nos vio. Y además, ¿era lo que tú querías, no?.

— Por eso mande a cancelar el trato, ¡porque ya no quería seguir con esta absurda pelea!.

— ¡Pero ya esta hecho!, ¡Y lo hecho, hecho esta!. Venga, tomate un whisky y relaja un poco.

— Maldito miserable..

— ¿Disculpa?.

— ¡¿Te das cuenta del daño que has ocasionado?!.

—¡Desde que has llegado no paras de insultarme y gritarme..

— ¡¿Y?!, ¡¿Tiene algo de malo?!, ¡Esto no es nada a comparación de lo que se viene!.

— Hablas como si fuera el apocalipsis.

— Estamos metidos en un gran problema Suigetsu, ¡Gracias a ti!.. Ahora vamos tener que pagar las consecuencias de nuestros actos.

— ¿Que actos?, ¿de que hablas?.

— ¿Eres pendejo o te haces?.

— No me estés insultando, ya fue suficiente.

— Oh no Suigetsu, a comparación de lo que se avecina, insultarte no es nada.

¿Tu eres quien golpea a mi Hermanito?.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora