¿Tu eres quien golpea a mi Hermanito?.

21.

Después de haber llorado toda la noche recuerdo que me había quedado dormido en las rodillas de mi madre.

Cuando comencé abrir los ojos la penetrante luz que entraba por la ventana me dio directo en los ojos.

Volví a cerrar los ojos con fuerza para poder acostumbrarme a la luz, pinche sol ahora no por favor.

Me di la vuelta quedando ahora boca abajo, la luz ya no era un problema. Y me dedique a dormir un ratito mas.

Y ahora que lo recuerdo, no recuerdo haber ido a mi habitación me levante en enseguida para ver donde me encontraba.

Estaba en la habitación de mamá, estaba acostado en la cama con las ligeras sabanas de seda que me cubrían hasta media espalda. Sin embargo el saber que me había quedado dormido aquí solo hizo que la cama me volviera a llamar diciéndome "Ven" no dude pues le hice caso y me volví a echar de nuevo a la cama.

A fin de cuentas me encontraba solo, de pensar que las cosas ya andaban bien entre mi madre y yo solo me hacían sentir una paz tremenda.

Sentí como alguien abría la puerta de la habitación de mamá. Cuando medio abrí loa ojos supe que era ella de inmediato.

—Por fin despiertas, — dijo mientras se acercaba a mi. —Levantate y vente a desayunar. Que eres él único que falta.

Y salio del cuarto con una leve sonrisa, «¿pues que horas serán?» me pregunte. Comencé a levantarme de la cama para sentarme en una de las esquinas de esta.

Me talle la cara con mis propias manos para quitar aun que sea ese sueño impregnado que aun tenia. Mire el reloj que estaba colgado en una de las paredes de la habitación.

Eran las 12:45, en la madre casi era ya la 1 de la tarde a pesar de eso me levante aun teniendo pereza.

Salí de la habitación y comencé a bajar las escaleras para dirigirme a la cocina donde supongo mi madre esta.

Metí una de mis manos por debajo de mi playera para rascarme la panza y parte de mis costillas, volví a bostezar mientras me adentraba a la cocina.

—Madre ya estoy aq-... Mis palabras quedaron cortas al ver a la chica sentada en la barra con una tasa de café en las manos.

O Jesús, ella se veía tan guapa como todo una mujer madura -a pesar de que todavía no lo era-, caderas bien alineadas y al borde de la imaginación con esos jens azul marino, y esa playera negra de manga larga que estaba metida por dentro del pantalón, dejando una vista perfecta del nacimiento de sus pechos.

Ella me veía sin ninguna emoción, era de esperarse.

Pero de repente me di cuenta del estado en el que estaba yo, —¿Que haces tu aquí?.— le pregunte.

—¡Sasuke!, — el quejido de mi madre hizo que volteara ahora a verla. —No es la manera correcta de dirigirte así a una mujer, sobre todo si es tu amiga Sakura.

¡Oh maldición!, ¡¿Por todos los dioses?! ¡Que hace ella aquí!.

¡Y peor aun!.. ¿¡Que hago yo con estas fachas!?, ¡Y ella viéndome así!.

Mi cabello estaba muy despeinado, claramente tenia todavía las lagañas de los ojos, ¡me encontraba todavía en pijama!, ¡ni siquiera me había bañado aun!.

—Sasuke, — llamo de nuevo mi madre. —Saludala.

¡Ni de coña!, el sonrojo en mi cara se hizo notar.

Salí corriendo de la cocina dejando a mamá con la palabra en la boca, ¡lo siento madre!.

Subí rápidamente a la habitación de huéspedes y tome mi mochila para ahora dirigirme al baño.