Capítulo 65

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N/A: Buenas, os dejo con un nuevo capítulo, ahora sí que la se acerca el final, solo quedan dos capítulos más después del de hoy, y siento un cosquilleo en el estómago. Daros las gracias por hacer de esta pequeña historia algo grande. Mil gracias a todos.

Los personajes no me pertenecen…
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POV RICK

No sé por que lo he hecho, no se porque le he pedido que se casara conmigo, en realidad si lo sé, quiero pasarme el resto de mi vida viendo esa sonrisa, quiero estar a su lado por el resto de mi vida, pero no sé porque en este momento, no sé porque ahora y aquí. Solo sé que no me arrepiento, quizás de la forma de hacerlo pero no de hacerlo, nunca me arrepentiría de pedirle que pase el resto de su vida conmigo, nunca me arrepentiría. Pero ahora, ahora al verla ahí petrificada no sé si la he cagado, no quiero asustarla, no quiero perderla por no poder aguantar más mis sentimientos.

Estoy tan asustado y absorto en mis pensamientos que no me doy ni cuenta de que está hablando, pero tiene que estar haciéndolo porque sus labios se están moviendo.

-Rick… ¿Estas bien?

-Si yo…lo siento, ¿decías?-digo nervioso tragando saliva y la veo sonreír mientras mueve la cabeza de un lado para otro.

-Estaba diciendo…-dice parándose de golpe y siento que el corazón va a explotarme-que sí, que si quiero casarme contigo-dice con una sonrisa y me cuesta un mundo entender esas pocas palabras, pero me ayuda el que dé un paso hacia delante agarre mi cara con sus manos y me bese, un beso que me pilla de improvisto pero enseguida le respondo como dios manda, y sobre todo a este momento, con todo mi amor y toda la pasión que siento por esta hermosa, fuerte, desafiante, inteligente, divertida, adorable mujer.

-¿Esto va en serio?-digo sorprendido mientras la abrazo por la cintura y la veo sonreír.

-En serio del todo no.

-¿No?-pregunto sorprendido.

-La verdad es que nunca pensé que me pedirían matrimonio pero la verdad es que…

-Vale, no he estado a la altura. Volveré a hacerlo, pero no vale cambiar la respuesta.

-Ya veremos como lo haces, quizás cambie la respuesta-dice con una sonrisa burlona y yo la vuelvo a besar aun sin poder creerme que iba a casarme con la mujer de mi vida, tan obnubilado estaba que ni me acordaba ya de porque estábamos aquí.

-Felicidades.

-Eres un poco creído ¿no?-dice sonriéndome.

-Lo digo por el trabajo, aunque casarte conmigo sin dudas es para felicitarte-digo haciéndola reír.

-Gracias, aun no lo he asimilado, ninguna de las dos cosas-dice sonriendo.

-Creo que es hora de celebrarlo ¿no?-digo agarrándole de la mano y tirando de ella haciéndola reír y así, felices, es como me imagino el resto de mi vida a su lado.

Entramos a trompicones por la puerta de mi casa sin dejar de besarnos en ningún momento sin poder parar de tocarnos mientras nos desvestimos entre risas y golpes contra todo lo que nos encontramos por medio, pero nos da igual, solo queremos sentirnos el uno al otro, solo queramos unirnos en esta felicidad máxima que sentimos en este momento.

Vacaciones en RomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora