B E A U T I F U L || Tom Holland Y Tu

24. MADRID

Pasajeros de el vuelo A1 con dirección a Madrid ya pueden pasar a su puerta.

Al escuchar la voz en el parlante me vuelvo a Tom y me abrazo fuertemente a el. El besa mi cabello.

-Tranquila cariño, nos veremos en unas semanas, tu familia te necesita - me abrazo más a el.

-Gracias - dejo un beso en sus labios, me despido de los chicos y emprendo mi viaje hacia mi puerta de abordaje.

(...)

Corro lo más rápido que puedo por los pasillos de el hospital, sí, voy con mi equipaje y todo. No me importa. Lo único que me importa es mi tía y su salud.

Llego a la pequeña recepción donde había una señora en sus 40's por ahí.

-¿Donde está Harriet Roquefort? - es lo único que sale de mis labios, segundos después me doy cuenta de lo mal educada que fui al no decir ni un "hola" pero es que estoy muy ansiosa.

-¿Es usted familiar? - me pregunta.

-Si, soy su sobrina - le digo.

-Acompañeme - me dice y comienza a caminar por un extenso pasillo de paredes blancas como el yeso, para frente a una gran puerta azul que arriba tenía un rótulo de "Cuidados Intensivos" al leerlo siento como una estaca se clava en mi corazón - Vamos.

Abrió la puerta y seguimos por otro pasillo, este tenía grandes ventanales que si apenas y podías ver la blanca pared, se vuelve a detener; esta vez frente a una puerta movediza igualmente de vidrio con el número 16CU.

-Es aquí, debo advertirte que tu tía está en un estado muy crítico - dice y yo asiento luchando por que mis lágrimas no se salgan de mis ojos - pasa - la puerta se abre y una enfermera viene a mi encuentro.

-¿Eres _____? - me cuestiona y asiento - Genial, vamos a desinfectarte y luego podrás ver a la señora Roquefort.

Me guió hasta un pequeño lavatorio y me pidió lavarme bien las manos y luego despojarme de mis accesorios.

-¿Puedo conservar esto? - le enseñé una pequeña cadenita con una T que Tom me había regalado el primer día de nuestra estadía en LA.

-No deberías pero podemos hacer una excepción siempre y cuando la mantengas dentro de tu blusa para evitar algún tipo de contaminante - me dice y yo asiento - Ven por aquí, ella no ha dejado de preguntar por ti.

Corre una pequeña cortina celeste y deja a mi vista a mi querida tía la cual ahora está conectada a mil aparatos, contengo mi respiración de la impresión, se me parte el corazón de solo verle.

-Gaudi - le llama la atención la doctora, esta vuelve la cabeza hacia nosotras pero doy un paso atrás al ver su rostro. Antes tan hermoso y ahora pues las evidencias de que había sufrido un derrame eran más que evidentes - te traje una sorpresa - me toma de la mano y me acerca a su camilla.

-Oh _____-se atropella con las palabras y ya no pude aguantar más así que mis ojos se convirtieron en las cataratas del Niagara - No llores - susurra poniendo su mano sobre la mía.

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Siento muchísimo lo corto de este capitulo prometo compensarlo en el próximo.

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