45. Seis días, ni uno más.

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Tom sale del baño como por milésima vez desde que se metió por primera vez, a ducharse ya que se tiene que ir.

-¿Ahora que? - cuestiono divertida viendo el puchero en sus labios.

-Es que no quiere tener que irme - se cruza de brazos como un niño pequeño y se sienta a mi lado en la cama. Ruedo los ojos y abro mis brazos.

-Ven - le indico y se coloca entre estos, comienzo a acariciar su cabello - Solo serán unos días, tranquilo.

-Lo sé, pero no quiero - si sigue con su actitud de niño pequeño no podré mantenerme más y le diré que se quede, se que no puede pero al menos lo intentaría.

-Solo son seis días, no es como que en tan poco vaya a dejar de quererte - bromeo.

-¿Que pasa si, si? - me mira con los ojos muy abiertos y río un poco mientras niego.

-Eso no pasará - le aseguro y beso cortamente sus labios, rayos se que seis días es poco pero definitivamente sus labios, sus besos y en especial sus abrazos me harán falta.

-Seis días, ni uno más - hace cuentas con sus dedos, definitivamente me dieron a una niño de 5 años en el cuerpo de un chico de 22 por novio.

-Esta bien - sonrío.

-¿Otro besito? - estira sus labios y vuelvo a reír, me inclino y le vuelvo a besar.

-Muy bien, ahora ve a bañarte - niega - Tom.

-Ugh está bien - bufa y vuelve a entrar al baño.

Sigo tecleando mi trabajo con mi laptop en mi regazo, tengo que presentarlo mañana y es una redacción de 2000 palabras con el tema "Enfermedades psicológicas y  adolescentes" y como era de esperarse no tengo nada por estar como un chicle con Tom pero bueno.

Hasta el momento tenía escritas alrededor de 20 palabras pero las borré porque sentí que podía dar más de mi, estaba equivocada porque ya no se que escribir y nada llega a mi mente.

Tom sale del baño esta vez duchado al fin, con una toalla alrededor de su cintura y no puedo apartar mi mirada de él.

-Si me sigues viendo así menos ganas de irme tendré - mis mejillas se ponen calientes y le lanzo un cojín - Solo decía - se encoje de hombros riendo.

-Muy gracioso - digo en un tono sarcástico y ríe más.

-Tranquila, yo te veo peor a veces - guiña y le lanzo otro cojín.

Se comienza a vestir y yo vuelvo a mi trabajo pero bufo de frustración cuando ninguna idea llega a mi mente.

-¿Que ocurre? - se sienta al final de la cama.

-Debo hacer una redacción de 2000 palabras y no me llega nada a la cabeza - le explico mirando a la pantalla de la laptop, el documento en blanco ya comienza a darme jaqueca.

-¿Te dieron un tema o lo debes inventar?

-Es sobre las enfermedades psicológicas en adolescentes - lo miro y el asiente.

-Si quieres te puedo ayudar - ofrece y sonrio mientras asiento, nada pierdo con escucharlo, Tom es muy inteligente después de todo.

-Claro.

-Te contaré una historia que talvez te pueda servir de inspiración - se acerca y quita la laptop de mi regazo - Yo estoy en esta industria desde muy joven pero Zendaya esta desde incluso  antes - mis músculos se tensan al escuchar su nombre pero pone su mano sobre mi muslo y me relajo - me contó que constantemente trabaja con niños y niñas que sufrían altos niveles de ansiedad con tan solo trece años ya que normalmente eran sus padres quienes los hacían trabajar, esa es la cuestión con este trabajo, te tiene que realmente gustar lo que haces porque de otra manera estarás en un agujero negro del que es muy difícil salir... - es cortado por el sonido de un claxon.

Su celular comienza a sonar y lo contesta, luego de unas cuantas palabras termina la llamada y me mira haciendo un puchero.

-Ya debo irme - me acerco y le doy un beso en la mejilla - No quiero irme.

-Tom, ya hablamos del tema - le recuerdo y bufa.

-Lo sé pero es que enserio no quiero tener que separarme de ti tantos días y menos ahora que estamos tan bien - apoya su mejilla en la palma de mi mano - Ven conmigo.

-Sabes que no puedo, además no es como que vayamos a dejar de estar bien en tan solo seis días - sonrío al mismo tiempo en que el claxon vuelve a sonar - Ahora ve.

-Te amo, nos veremos pronto - besa mis labios y se va casi corriendo, niego riendo.

Luego de eso vuelve y nos despedimos nuevamente hasta que se va definitivamente. Lo poco que me contó sobre los adolescentes y sus problemas en la industria actoral me inspiró lo suficiente para terminar mi redacción en tan solo una hora y media justo en el mismo instante en que llaman a la puerta, frunzo el ceñi ya que no estoy esperando a nadie pero de igual manera voy a abrir.

Abro la puerta y se que mi expresión confundida se hace presente casi inmediatamente en mi rostro.

B E A U T I F U L || Tom Holland Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora