Hicieron de nuevo un descanso para beber agua, hidratarse era tan importante que paraban para beber más veces de las que ella hubiera pensado que eran necesarias.Sakura se sentó en el suelo rocoso del campo, desenroscó el tapón de la botella y se bebió casi la mitad de un litro que está contenía. Naruto camino hasta ella y se sentó a su lado.
—Dame la mano.
Ella lo miró de reojo con cierta reserva— ¿Para que? —le preguntó con cara de pocos amigos, una vez su hermano le había puesto en la mano un sapo vivo y en otra oportunidad una serpiente de mentira.
Incluso una vez le había puesto caca de animal en la mano, aunque en esa ocasión se había metido en problemas por eso. Además de aquellos recuerdos tan nítidos, Sakura sabía que cuando Naruto centraba su atención en ella, era porque ocurría algo y ese algo nunca le solía gustar.
El la miró con frialdad y con exasperación.
—¿Vas a cuestionar todas las órdenes que te de? —su tono de voz era de advertencia, tenía que confiar en ellos, si no lo hacía podía ser una gran carga a futuro.
Si ella perdía el tiempo dudando de los miembros del equipo que sabían lo que estaban haciendo, alguien podía morir.
—¿Me vas a poner un bicho en la mano? — preguntó.
A su alrededor los otros chicos del equipo empezaron a reírse, pero ella no se molestó en mirarlos ya que sabía que se pondrían peor. A Naruto, sin embargo, no le hacía gracia.
—Yo no pierdo el tiempo con juegos infantiles.
—Ni en nada que requiriera tener sentido del humor la verdad. —pensó ella rodando mentalmente los ojos.
Finalmente extendió el brazo, con la palma de la mano hacia abajo y preparada para apartarla si notaba algo peludo o pegajoso. Él emitió un gruñido de frustración, le tomó la mano con fuerza y se la giró hacia arriba.
Ella notó su calor, su fuerza y la piel encallecida de sus dedos y entonces él le puso algo metálico en la mano y la soltó. Ella exhaló un suspiro de alivio, menos mal era algo de metal, aunque suponía que Naruto no iba a perder el tiempo con un sapo.
Sakura miró hacia abajo, el objeto tenía el tamaño de una granada M67 y ella se sintió orgullosa y asombrada de saberlo, lo que tenía en la mano era de color verde militar y estaba dentro de una funda. Era una brújula.
—Es una brújula —dijo y lo miró con el ceño fruncido— ¿para qué quiero yo una brújula?, tengo el teléfono que tiene dentro alguien que habla y me dice en qué dirección tengo que ir —explicó cómo si fuera obvio— no necesito ninguna brújula.
Ordenadores, Sakura se sentía cómoda entre ordenadores y las brújulas eran algo rudimentario para la época en la que vivían.
Los chicos se echaron a reír, pero Naruto se puso muy serio— Necesitas una brújula para cuando no hay cobertura ni repetidores de teléfono o cuando se te ha acabado la batería y no se puede encontrar una toma de corriente.
—Pero... ¿qué voy a tener que hacer para necesitar una brújula? —preguntó ella alarmada.
—Nunca se sabe —respondió Shadow—Nunca sabemos a donde nos van a mandar, así que todos tenemos una brújula.
De acuerdo, pero era algo contradictorio para ella, ya que lo que iba a hacer para el equipo era un trabajo de última tecnología con un dron, así que si de repente se veía obligada a confiar en una brújula sería porque estaba metida en una situación infernal y eso era algo que esperaba que no ocurriera nunca.

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Élite
ActionSakura Haruno es una hacker informática, experta en robo de información y recolección de datos, que trabajaba para una organización paramilitar y antiterrorista clandestina del gobierno. Su trabajo le gusta, de verdad que si. Hasta que un día su jef...