•29•

1.3K 162 50
                                    


Naruto

El teléfono de Naruto sono avisándole de que le había llegado un mensaje, miró furtivamente la pantalla y lo que leyó le hizo soltar un juramento y girar el volante de forma brusca, el auto derrapo en un giro peligroso y se puso en marcha en dirección contraria, aunque ya casi hubiera llegado a la oficina.

—¿Qué demonios estan haciendo?

Vamos a llevar a Pink a
hacerse un tatuaje😆😆

Eso no era algo que él quisiera leer, pues estaba seguro de que si ella hubiera querido tener un tatuaje ya se lo habría hecho y, ademas, cuando el se había despedido del equipo Sakura estaba completamente agotada, y no tenía fuerzas para negarse a llevar a cabo aquella locura. Esto era cosa de Lee y su complice de turno, seguro, pero parecía que los demás también se habían unido, incluso Raikiri, aunque al menos Kakashi había tenido el sentido común como para avisarle de lo que iba a pasar.

Si Sakura quería hacerse un tatuaje eso era cosa suya, sin embargo sabiendo de lo que eran capaces cuando se trataba de hacer una broma, envió rápidamente un mensaje a Kakashi:

¿Quiere ella hacérselo? ¿Y donde demonios están?

Sonó su teléfono. Era Raikiri.

Hola Kyūbi, creo que ya Sakura se ha hecho con el control de la situación —la voz de Kakashi solo a través de los altavoces del vehículo— puso unas condiciones para hacérselo y los chicos se lo están pasando bien, pero ella se ha dejado llevar.

—Raikiri por favor controlalos.

Estoy vigilando y no voy a dejar que se pasen.

—Gracias —murmuró aliviado— ¿dónde están?

Casi hemos llegado a Karin's Ink —le dijo— una de las condiciones de Sakura fue que el tatuaje se lo hiciera una mujer.

—¿Y dónde demonios está Karin's Ink?

Kakashi le dio la dirección y Naruto calculó la distancia y el tiempo.

—Llegaré en treinta minutos, no dejes que se vuelvan locos.

—No va a pasar nada, Pink lo tiene todo controlado.

Era de esperar, pensó Naruto después de colgar el teléfono, se estaba alarmando demasiado y no podía parecer que la estaba protegiendo. Seguramente debería darse la vuelta otra vez y seguir su camino hacia la oficina, pero pensándolo bien quería ver aquello.

Karin's Ink era un local con una fachada sin adornar y tenía un letrero de neón con el nombre y con la palabra "Tatuajes" en el escaparate. Aparcados en frente solo estaban los autos de sus compañeros, cualquiera que pasara por allí pensaría que al haber tantos autos fuera significaba que era un negocio muy próspero.

Encontró sitio para aparcar un poco más abajo, en la misma calle y fue hacia la tienda. Era un local pequeño y su equipo ocupaba casi todo el espacio, había tres sillas; los demás estaban sentados en el suelo o apoyados en la pared. Desde detrás de una cortina se oía el zumbido de una aguja de tatuar.

—Hola Kyūbi —dijo Lee con una enorme sonrisa— ¿a que no adivinas?

—Que estuvieron haciendo de las suyas —dijo él con calma y se apoyó en la pared con los demás— me sentí algo excluido.

Hubo unas carcajadas y desde el otro lado de la cortina Sakura gritó:

—¡Nadie puede pasar de la cortina! es una de las reglas ¡Ay!

ÉliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora