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Sakura

El eco de los disparos de el piso de abajo aún resonaba en la habitación, mientras tanto ella como Naruto jadeaban desbordados de adrenalina, Danzō mientras yacía en el suelo, retorciéndose de dolor por la herida en el hombro y las mordidas de Kurama.

Este, aún con su lomo erizado, permanecía en guardia a su lado.

Se acercó hasta Danzō, todavía sosteniendo su arma, pero sin intención de disparar. A su lado el rubio asintió, así que tomó las ataduras del suelo, ya sin saber si eran las que tenía Naruto o las que ténia Danzō.

Ya no importaba, se concentró en amarrarle ambas manos a la espalda, a pesar de los alaridos de dolor que soltaba el hombre, estos ya poco le importaban después de que intentara matarlos.

—¡Hijos de puta, haré que lo paguen! –gritaba en cólera, los ojos inyectados en sangre.

—Se acabó, Danzō —dijo Naruto, su voz firme pero serena– Te vas a pudrir tras las rejas.

Danzō se limitó a mirarlos, con una mezcla de odio y resignación en sus ojos.

Los pasos de los chicos se escucharon cerca, pronto Kakashi y Kiba aparecieron en su campo de visión, estaban jadeando por el esfuerzo de acabar con todos los hombres de Obito. Sakura asintió en su dirección, y entre los tres tomaron a Danzō, asegurando su movilidad para evitar cualquier intento de escape.

—Llevémoslo al cuartel. Hay un montón de preguntas que tendrá que responder —dijo Kakashi, mientras le ponía unas esposas de metal sobre la soga.

Naruto y Sakura, exhaustos pero aliviados, se miraron mutuamente. Sabían que lo peor había pasado, pero aún quedaba trabajo por hacer. Ahora, tenían que asegurarse de que toda la evidencia se recopilara y de que Danzō enfrentará un juicio justo.

Ella le sonrió y él le devolvió la sonrisa, solo que esta no logró llegarle a los ojos antes de que estos se le desenfocaran y cayera desplomado inconsciente en el suelo.

–¡Naruto!

–¡Kyūbi!



•••••



Horas más tarde, Sakura y el resto del equipo estaban en el cuartel, exceptuando a Kiba quien se había trasladado junto con un muy herido Naruto a las instalaciones médicas.

Sakura había deseado ir, se había aferrado con fuerza al cuerpo del rubio en cuanto este había perdido el conocimiento, pero una vez que habían llegado los separaron y solicitaron su presencia inmediata en la sala principal, donde un hombre llamado Jiraiya se unió a ellos, junto con varios cargos altos de la institución que se encontraban desconcertados con toda la situación, no todos los días tienes al director de operaciones de los equipos detenido como presunto traidor.

Sakura miró de reojo al hombre de pelo largo y blanco, ahora que lo veía más detenidamente identificaba algunas similitudes en cuanto a expresión corporal y habla que eran iguales a las de Naruto.

En definitiva era imponente, no podía entender como la red de mentiras de Danzō se había enredado tanto como para que un agente de tan alto nivel tuviese que exiliarse sin que nadie sospechara absolutamente nada.

Y al parecer este traía consigo una década de documentos que demostraban los crímenes de Danzō a lo largo de los años: desde los tratos con Akatsuki, hasta los negocios ilícitos con Obito Uchiha e incluso datos de los miles de agentes que había desaparecido u amenazado; entre ellos información de Itachi el hermano de Sasuke.

En las manos de Jiraiya, esa información sería suficiente para exponer la verdad y garantizar que Danzō pasara el resto de su vida tras las rejas pagando sus crimenes.

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