•54• (+18)

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Bueno queridos llegó el momento que tanto querían desde.. bueno desde hace varios episodios. No soy muy buena narrando estos temas, discúlpenme si no está a la altura jeje.

También les pido porfavor, PORFAVOR, que estoy avisando que es un episodio +18 así que NO DENUNCIEN LA HISTORIA. Se de varias historias que no suben este tipo de contenido justamente porque hay lectores que deciden denunciar, no lo hagan por favor (Wattpad suele borrar las historias solo por esto)

¡Sin más que decir, disfruten!

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Sakura

Miró su cuerpo y la expresión de su cara al instante, se transformó en una expresión de lujuria y se le colorearon las mejillas de rojo.

—Mira esas preciosidades —murmuró mientras se acercaba a ella.

Entonces le cubrió los pechos con las manos y le rozó los pezones por encima de la tela de encaje con los dedos pulgares. Ella notó la rudeza de las caricias y aquella sensación hizo que se pusiera de puntillas con un jadeo. Lo agarró de las muñecas, tal vez para mantener el equilibrio o tal vez para sujetar las manos donde estaban.

Las manos masculinas se desplazaron hacia atrás, donde el broche de su sostén estaba y de un clic lo desprendió con facilidad. El calor de sus palmas le abrasó la piel suave y sensible e hizo que sintiera la sensación de que sus pechos se hinchaban en dirección a él.

Como quería más, como lo quería todo, dio un paso atrás y la furia junto al deseo y la necesidad ardían en ella. Si solo pudiera controlar sus emociones no dudaría en cancelarlas, reducía a cenizas todo lo que sentía por él, pero no tenía ese superpoder.

Lo que tenía era ... aquel momento.

Caminó hacia su habitación sin hacer el menor gesto de coqueteo, tal vez eso no sería la guerra pero en definitiva no se dejaría dominar como venía haciendo cuando él era el jefe. Desde que se conocieron tenían ese asunto sin terminar entre ellos dos, y ella sabía que una parte de sí misma no podría continuar si tenía esa duda de cómo sería pasar la noche con él.

Tomaba la píldora anticonceptiva, los dos eran adultos y estaban sanos, así que no había ningún motivo por el que no pudiera cumplir aquel pequeño deseo que venía cosechando alrededor de todo aquel año.

Él la tomó del brazo y tiró de ella hacia sí, con la otra mano se sacó la camisa por el cuello y después la estrechó contra sí, de modo que sus pechos desnudos se pegaron al suyo, blandura contra dureza, delicadeza contra la aspereza de su vello corporal. Ella se quedó mirándolo sin decir una palabra, muda por la impresión de estar así con él, cuerpo a cuerpo.

Se consideró muy pequeña contra él y, al mismo tiempo, se deleitó de un modo perverso por su fuerza. Su mirada azul la abrasaba con intensidad e hizo que le faltara el aliento, porque sabía lo que estaba a punto de pasar. Soñar con él, pensar en mantenedor relaciones sexuales con él, era muy diferente a la realidad.

Él mantuvo aquella ruda expresion mientras volvía a rodearla con un brazo de la cintura, mientras que con la otra le quitaba el short de pijama junto con las bragas, ella también se puso en acción y con las dos manos comenzó a desabrocharle la hebilla del pantalón. Lo había visto sin camisa, pero verlo completamente desnudo significaba otro nivel de excitación completamente distinto, tanto suyo, como de él.

La ropa solia disimular lo musculoso que era, los fuertes músculos de sus hombros y su pecho y las entradas de su abdomen. Se le aceleró la respiración al mirarlo, al ver las piernas poderosas y sus caderas estrechas y el grueso miembro que apuntaba hacia arriba dentro de la tela de los boxers y que incluso dentro de la tela era más grande de lo que ella esperaba.

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