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Sakura se despertó en una tienda blanca, desorientada miró a su alrededor, pero tenía la vista muy borrosa, al parecer estaba tumbada, eso era lo único que su cerebro agotado podía descifrar en aquel momento. Pero no sabía dónde estaba, ni si estaba sola. Creía poder oír gente a su alrededor... o quizás no. Tal vez estuviera sola, aun bajo aquel escombro y muriendo.

No le importaba.

Sakura

Todo estaba lejos y le parecía bien.

—Sakura

No quería pensar, ni sentir.

—Estoy aqui, estoy aqui..

Cerró los ojos y volvió a dormir.

••••••

Cuando volvió a despertarse, estaba más consciente pero no del todo. La tienda blanca había desaparecido, pero su vista borrosa seguía allí además de un molesto pitido que martilleaba sus oídos. Se movió mirando a su alrededor e intentando enfocar la vista, movio su mano intentando bloquear la luz blanca, pronto vio que tenía una vía intravenosa en el dorso. Frunció el ceño, sin entender del todo que estaba pasando.

De repente una mano más grande tomó la suya y la bajó hasta su costado.

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—¡Estas despierta! —escucho que le decía una voz masculina muy familiar, pestañeando hizo de nuevo el esfuerzo de enfocar la vista y allí lo vio

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—¡Estas despierta! —escucho que le decía una voz masculina muy familiar, pestañeando hizo de nuevo el esfuerzo de enfocar la vista y allí lo vio.

Era Naruto, que en ese momento se estaba arrodillado a su lado mientras soltaba un suspiro tembloroso y reforzaba el agarre que tenía en su mano. Ahora que lo veía mejor pudo apreciar que tenía un aspecto horrible; estaba sucio y sin afeitar, tenía una mirada salvaje acompañada de unas ojeras pronunciadas y el cabello rubio rebelde enmarcando su rostro.

—Estás bien —le dijo.

Ella lo pensó, recordando que había estado bajo una pila de escombros en el desierto, recordó la desolación y la desesperación que sintió y recordó muchos de los pensamientos que la atormentaron.

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