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Sakura


Si no fuera porque Kurama había entrado corriendo hacia ella, saltando y ladrando alterado, no se habría dado cuenta que había alguien tocando a la puerta de su piso. Se quitó los auriculares y bajo el fuego de la cocina, para evitar que la comida que estaba haciendo se le quemase.

Se aproximó hasta la puerta con rapidez, escuchando unas voces bastante conocidas en el exterior, abrió y vio las seis caras familiares a las que estaba tan acostumbrada.

—Chicos, ¿que hacen aquí? —pregunto extrañada revisando el reloj de su pared y dándose cuenta que era cerca de media noche.

—Lamentamos molestarte tan tarde Sakura —se disculpó Kiba entrando el primero en el piso, seguido de cerca por el resto del equipo— ¿esta contigo Naruto?

No respondió de inmediato, pues aún no estaba acostumbrada a que se dirigieran a ella por su nombre y no por su apodo. Los chicos se acomodaron en su pequeño salón y ella vio el nerviosismo que viciaba el ambiente alrededor de ellos y como ninguno se sentó en los sofás.

—Me aviso que llegaría sobre las once, luego de hacer el papeleo y reunirse con ustedes —les dijo, citando las palabras que él mismo le había dicho aquella mañana, cuando se despidió con un beso de ella— ¿Que sucede?

El silencio se instauró en el ambiente, Sakura podía notar la inquietud perfectamente en todos los chicos, no en vano había trabajado con ellos codo a codo por más de un año y ya era casi natural notar cuando algo no andaba bien. Se le aceleró el corazón al pensar que algo muy malo tuvo que haberle pasado Naruto para que todos se presentarán a esa hora de su departamento.

—¿Que está pasando? —demando ella nerviosa, molesta y ansiosa ante aquel silencio agobiante— ¿Donde esta Naruto?

—Nosotros... no lo sabemos.

—¿Que?

—Nadie lo ha visto ni ha podido contactar con él desde la tarde, cuando se fue a la organización a realizar el papeleo —explico Kakashi con su ceño fruncido— no asistió a la reunión de final de jornada con nosotros, su teléfono no tiene señal y la última vez que lo vieron fue saliendo con Danzō en su coche hace más de siete horas.

—Tampoco nadie ha podido contactar con Danzō, es como si ambos hubiesen desaparecido —esta vez el que hablo fue Neji.

A ella se le aceleró la respiración, se volteó hacia la mesa de centro donde descansaba su móvil y corrió a buscarlo. Rezando y suplicando que Naruto le hubiese enviado algún mensaje, alguna señal que indicara que estaba bien y que no estaba en problemas.

Pero no había nada, en su pantalla no había ni una sola notificación.

—Es imposible... —susurro sosteniendo con fuerza el aparato en sus manos— ¿Hace cuánto que desapareció su señal?

—Hace algunas horas.

—¿¡Y acaso nadie en esta inútil organización puede intentar buscarla o almenos revisar cuando fue la última vez que se emitió?!

Sabía que el estar alterada no ayudaba en nada, pero se le hacía inaudito que una organización de tanto alcance y prestigio no pudiese localizar, no solo a uno de sus mejores agentes, sino también al jefe. Los chicos también agacharon la cabeza, impotentes.

—Todos tenemos móviles cifrados, solo emiten una pequeña señal casi imperceptible cuando contactamos entre nosotros —Kiba se acercó hasta ella, con una mano sobre su hombro en señal de apoyo— lo siento Sakura, resolveremos esto de alguna forma... lo prometo.

Ella cerro los ojos con fuerza y se llevó el móvil al pecho, apretándolo contra sí misma. Tenía que pensar en algo, ella misma sabía que nadie podía desaparecer completamente de la red, cuando estaba en el departamento de informática más de una vez dio con objetivos muy bien escondidos. Pero también sabía que intentar hackear la red cifrada de la organización era una tarea titánica, pues estaba perfectamente diseñada para fuese inviolable y incluso si se pudiese ¿que le aseguraba que Naruto aún conservase su móvil?

—A menos que... —susurro cuando una idea brillo en su cabeza.

Se deshizo del agarre de su compañero y corrió a su habitación, sacando el maletín herméticamente cerrado que estaba al fondo de su armario. Corrió con el de nuevo al salón y ante el desconcierto de todos los chicos, lo abrió en el medio del salón y ante sus ojos apartecio el equipo que tan bien conocía; el nuevo Blue Bird 2.0.

Luego de destruir el anterior la organización le había proporcionado uno nuevo, más avanzado y pequeño que el otro, pero igual de eficaz para cuando empezará a instruir a los nuevos operadores.

—Sakura, ¿que estás...?

—Shhh —los calló ella sin esperar ni un segundo para sacar del maletín a el pequeño dron y la tablet que lo manejaba— tengo una idea.

Puso el pequeño dron en el centro de la mesa y activo el programa desde la tablet, quizás el programa cifrado de la organización fuese inviolable pero incluso eso no podría competir contra el sofisticado software de reconocimiento y captación de señal de Blue.

Bien sabía el alcance y poder que este tenía.

—Hace unas semanas conecte mi móvil con el de Naruto, de forma que pudiésemos encontrarnos el uno al otro —explico al tiempo que conectaba por medio de un cable su móvil con la tablet— incluso si ahora no puedo encontrar su señal se que ambos siguen conectados, así que si uso el programa de reconocimiento de Blue podré amplificar la señal y romper la barrera cifrada.

—¿Eso puede hacerse? —pregunto esta vez Sasuke, acercandose a ver lo que ella hacia.

—Puede, tiene que poder.

Hace mucho tiempo que no se dedicaba al hackeo de datos, pero estaba convencida de que podría hacerlo con la tecnología del dron.

Cuando su móvil estuvo conectado activo a Blue Bird, quién con un pitido se encendió y comenzó a emitir una pequeña señal casi igual a la de un radar. El programa del dron estaba diseñado de tal forma que era casi como una antena muy potente, que no solo podía recibir señales sino que también podía emitirlas y amplificarlas.

Estaba convencida de que si lo vinculaba al móvil de Naruto, por medio de la señal que ambos compartían, podría aumentar el rango y incluso aunque este estuviese protegido o apagado lograría captar algo. Sus dedos se movieron frenéticamente por la pantalla, línea tras línea de código, intentado modificar y ajustar el dron.

—Impresionate —silvo Shikamaru mirando por encima de su hombro la pantalla llena de codigos— ¿Crees que funcione?

Al igual que Shikamaru todos estaban a su alrededor inclinados, expectantes y preocupados, esperando que esto les diese almenos una pequeña pista del paradero del que era su amigo y hermano. Sakura escaneó el código con cuidado, modificando algunas líneas numéricas en el sistema de comunicación que mantenían el sistemas seguro.

Hubo un aviso extraño en pantalla, que desapareció al momento. Pero por fin tenía acceso total.

—No nos subestimes —respodio sin apartar la vista de la pantalla— incluso si se esconde bajo una piedra, Blue Bird y yo lo encontraremos.





Continuará.
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Ya, ya sé que es cortito pero es solo un aparetivo para el final que tengo preparado.

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