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Sakura respiró profundamente y reflexionó.

Durante el programa de formación y entrenamiento le habían enseñado a mirar cada una de las situaciones de una forma lógica, ahora mismo Naruto no estaba atado; pero Danzō si. Así que si ella disparaba a los hombres que estaban apuntando a Naruto, estos podrían apretar el gatillo por un acto reflejo y matarlo.

Lo mismo podía decirse de Danzō, si ella disparaba a Obito este podría dispararle en consecuencia y, aunque lo matara, uno de los otros dos tipos la mataría a ella enseguida.

Pero si disparaba a Obito, habría un segundo antes de que los hombres que apuntaban a Naruto pudieran actuar, lo que le daría ese tiempo para moverse y acabar con ellos. Danzō podía estar muerto si decidían ir por ese camino y ella también, pero no había forma de saberlo.

Era una oportunidad.

Muy remota, pero una oportunidad.

Tenía un plan.

Miró a Naruto con angustia, durante un instante en el que pudo leer su expresión y ver que su cabeza estaba igual que la de ella; buscando una salida en donde pudiera salvarnos a todos. Pero eso era una fantasía, no existían los milagros y la única forma es que ella apostará a la opción más segura.

Le abriría el camino a Naruto.

Me dijiste que te pondrías delante de un tiroteó por mi, pero yo nunca quise eso —pensó centrado su vista en Naruro, quería ver sus ojos azules antes de actuar—. Solo quería que me miraras, quería ser reconocida por ti, poder ser parte de tu mundo y cubrirnos las espaldas.

Y como si supiera que pensaba en él, quito la vista de Obito y la fijo en ella, con intensidad y muchos sentimientos reflejados. Sakura tembló y le dedicó una pequeña sonrisa triste, la expresión del rubio se transformó como adivinando sus intenciones y lo vio negando con la cabeza con una angustia que nunca había visto en él.

Dios.. te quiero tanto —fue su último pensamiento dirigido a los ojos azules—. ¡Ahora!

Movió la pistola de su mano derecha y la dirigió hacia Obito, ni siquiera pensó cuando calibro su tiro directo a la mano que sostenía el arma, solo se dejó llevar y permitió que su cuerpo actuará. En menos de un segundo apretó el gatillo, la bala voló hacia el dorso de la mano del hombre y el arma que sostenía fue soltada, mientras un grito de dolor era proferido y el infierno se desataba.

Lo vio todo como a cámara lenta; pudo ver el momento exacto en que Obito cayó, como los hombres que amenazaban a Naruto dirigían ahora sus cañones contra ella y como el mismo Naruto parecía gritar algo.

Ni siquiera sintió cuando una bala le rozó cerca del brazo y otra a la altura de la cadera, solo se concentró en lanzar el arma de su mano izquierda en dirección al rubio. Antes de darse cuenta ya estaba en el suelo, con Kurama encima de ella protegiéndola y viendo cómo Naruto disparaba certeramente con las dos manos a los tipos armados.

Luego se aproximó hasta Obito en el suelo, le pasó un brazo alrededor de los hombros al tiempo que tiraba de su barbilla. Durante un breve segundo, el pánico se reflejó en sus ojos negros, pero Naruto le rompió el cuello y todo terminó. Se oyó un crack y una vida se extinguió con un solo movimiento, los había matado a todos en menos de un segundo.

—¡SAKURA! —escucho que le gritaba, salió de su ensoñación producto de la adrenalina y se fijó que corría hasta ella—. ¿¡Que demonios fue eso?!

Le reclamo al mismo tiempo que se agachaba a su lado, Kurama se movió de encima suyo y se sentó del otro lado observándolos. Los brazo del rubio la rodearon y la atrajeron hasta su regazo, sus ojos azules escaneandola por completo.

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