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Algunas semanas después
Hospital Militar

Sakura

Las semanas siguieron pasando y antes de que se diera cuenta, ya estaba comenzando sus terapias en el hospital. Había sido un alivio para ella levantarse de la cama en la que llevaba postrada semanas, obviamente con la ayuda de las enfermeras y un camillero. El médico le había informado que las primeras terapias serian mientras ella todavía estuviera interna en el hospital, evaluarían su progreso y se debatiría la posibilidad de que el resto de terapias se hicieran en casa y esporádicamente en clínica.

Por ahora ya le habían retirado los yesos y asegurado que su salida del hospital dependía de sus avances, los cuales por cierto no se notaban luego de una semana de ir todos los días a terapia.

—No todos lo logran la primera semana, no te presiones Sakura —la calmó la fisioterapeuta del hospital— tómatelo con calma.

—Lo sé, lo sé —suspiro ella cansada, estaba dentro de una pequeña piscina con barrotes en los laterales y asientos en las esquinas.

Llevaba toda su primera semana dentro del agua, haciendo movimientos con sus piernas y siguiendo los movimientos que Ino, su fisioterapeuta, le indicaba que hiciera bajo el agua. Y aunque el agua minimizaba la sensación de esfuerzo y aligeraba el peso de su cuerpo, todavía era incapaz de ponerse en pie sin sentir punzadas de dolor en sus caderas y debilidad en sus piernas.

Los chicos ya habían salido del hospital hace algunas semanas atrás y se encontraban en casa descansado, recuperando fuerzas para incorporarse a la acción. Mientras ella aún estaba allí, sin poder tenerse en pie ni por cinco segundos, la sensación de que se estaba quedando atrás como cuando comenzó a entrenarse con ellos resurgió en ella. Solo que esta vez no se sentía con fuerzas de demostrar que podía contra todo, lo único que la mantenía feliz es el tiempo que conversaba con Ino.

Era una joven de su edad, muy guapa, graciosa y amable. Quizás la primera "amiga" con la que podía pasar tiempo desde que comenzó su trabajo en BIJUU, aunque las circunstancias no fueran las mejores, estaba feliz de convivir con alguien más aparte del equipo.

Un pitido a tras ella anunció que el tiempo en piscina ya había acabado, a su lado fuera del agua Ino preparó una toalla y junto con un enfermero la sacaron del agua.

—Vamos a secarte —canturreo la rubia, una vez que la pusieron en la silla de ruedas— tienes un pelo muy bonito Sakura y tan largo, no me canso de decírtelo.

—Gracias —sonrío un poco sonrojada, no estaba acostumbrada a recibir tantos halagos—he pensado en cortarlo, el trabajo no me ha dejado mucho tiempo para cuidarlo.

—Heee~ —esta vez la rubia hizo un mohín, al mismo tiempo que le retiraba la ropa de baño y le pasaba por la cabeza la bata del hospital— sería una pena, podríamos aprovechar este tiempo para aplicarle algunas mascarillas y podría peinarlo por ti.

—¿Harías eso por mí?

—Claro que si, de pequeña me encantaba peinar a mis muñecas y tu pareces una —volvió a sonreírle, esta vez secando con cuidado el cabello rosa de la chica y pasándole un cepillo para que no le quedasen nudos— además creo que ayudaría a que te animes un poco, últimamente te veo decaída Sakura.

—Bueno... eso...

—No tiene que contármelo si te resulta muy difícil —le dijo rápidamente viendo como la de ojos verdes agachaba la vista y dudaba— lo que me recuerda, hoy tienes un invitado para la última parte de la terapia de hoy.

—¿Un invitado, quién?

—Ya lo veras~ —canturreo la chica, le hizo una señal al enfermero para que llevara a la chica a la zona de ejercicio y tomo una tablilla donde anoto los avances del día de hoy— Jin te llevará mientras yo traigo a tu visitante.

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