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—Oigan chicos —llamo Sakura a sus compañeros, que descansaban luego de una dura jornada de entrenamiento sobre el duro suelo de tierra y bajo un despejado día de verano— ¿Qué le dicen a sus familias sobre el trabajo que tienen?.

—¿Hay alguna razón por la que preguntes esto de repente? —contestó Shadow a modo de pregunta.

—Mis padres me han dicho que quieren venir a visitarme —detestaba tener que confesar esa preocupación, pero la realidad era la realidad y tenía que enfrentarse a ella.

A su lado Raikiri se rascó la nariz— Mi mujer lo sabe... más o menos, no sabe los detalles pero sabe que pueden llamarme en cualquier momento y que no puedo decirle dónde voy a ir, ni cuánto tiempo voy a estar fuera.

—Lo mismo digo —respondió Wolf— no hay forma de ocultarlo cuando estás casado, mis niños todavía son demasiado pequeños como para hacer preguntas, se creen lo que les digo.. no sé qué les voy a decir cuando sean un poco mayores, supongo que tendre que ir viendo cómo me las arreglo.

Sakura notó que, a su espalda, Naruto se sentaba en el suelo. Ya no necesitaba ni darse la vuelta para saber que era él, porque sentía un cosquilleo en la piel, por la espina dorsal y la nuca, además de una onda expansiva de calor.

Siempre era muy consciente de dónde se encontraba él, aunque casi nunca se hablaban directamente. Él no quería que ella estuviera allí y Sakura lo sabía.

Frente a ella Bruce Lee echó la cabeza hacia atrás y dejó que el agua le cayera por la cara. Después, se dejó caer sobre el suelo y se puso un brazo detrás de la cabeza, a modo de almohada.

—Yo le dje a mi madre que trabájo para una empresa de ingeniería que envía a gente a todas partes del mundo.

—Lo que obviamente es una mentira porque no eres ni licenciado en ingeniería —dijo con ironía Byakugan mientras rodaba los ojos.

—Pero su madre se lo cree de todos modos —dijo Shadow.

Bruce Lee se encogió de hombros, restándoles importancia al asunto.

—Mi madre no se tragaría eso —dijo Sakura— le dije que estoy aprendiendo un programa informático nuevo.

—Bueno, eso sí es cierto —dijo Wolf— pero tendrían que estar ciegos para no darse cuenta de que eso ne es todo lo que estás haciendo, solo mírate.

¿Qué tenía que mirar?, Sakura frunció el ceño. Era cierto no iba vestida como alguien que trabajaba con ordenadores, quizás debería ir vestida con vaqueros, zapatillas de deporte y una camiseta de algún oscuro concierto de rock. Sin embargo, llevaba unas botas de cordones con las que parecía que había corrido más de ciento sesenta kilómetros, lo cual era cierto, unos pantalones marrones de lona y una camiseta blanca y manchada de sudor.

—Si fuera así vestida claro que se darían cuenta, pero puedo cambiarme de ropa —contestó— estaba hablando de las horas que paso aquí entrenando y de lo sucia que estoy cuando llego a casa, salvo los días de natación.

Adoraba los días que entrenaban en la piscina, ya que esos dias podía ducharse antes de volver a casa. Byakugan soltó un resoplido mientras negaba con la cabeza.

—La chica no tiene espejo.

—¡Claro que sí lo tengo, me peino y me lavo los dientes todos los días!.

Varios de ellos se echaron a reír y ella bebió un poco más de agua, disfrutando de la camaradería que había establecido con ellos, salvo claro con Sharingan y Naruto. A Sharingan no le caía bien, pero a él nadie le caía bien, así que no se lo tomaba como algo personal.

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