Sakura Haruno es una hacker informática, experta en robo de información y recolección de datos, que trabajaba para una organización paramilitar y antiterrorista clandestina del gobierno.
Su trabajo le gusta, de verdad que si. Hasta que un día su jef...
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En aquel momento, cuando Naruto la besó, los mecanismos de control interno y las barreras auto impuestas desaparecieron. El alivio fue abrumador y se abandonó a las sensaciones que la invadían, la boca de Naruto era todo aquello que ella no se había permitido imaginar; era cálida, demandante y su sabor se le subió a la cabeza con más rapidez que un buen trago de vodka.
Se le pasó por la cabeza apartarlo pero desde que lo había conocido había algo entre ellos eléctrico y poderoso que hacía que su interior lo deseara, que deseara aquel momento y que la obligaba a responder desde el centro de su ser.
Le rodeó con los brazos, deslizó una mano hasta su nuca y abrió la boca para darle lo que él le estaba pidiendo, además de hacer exigencias propias. Se le escapo pequeña vibración de la garganta, un gemido de placer, deseo y necesidad. Él alzó la cabeza con la respiración agitada y observó su cara con una mirada abrasadora.
—Mierda, no debería hacer esto...
Entonces, a ella sí se le paso por la cabeza darle un empujón y tal vez, un par de puñetazos. Era un imbécil por hacerle esto, por besarla y hacerle desearle. Sin embargo, en fisico iba a ganar él a no ser que le permitiera golpearlo.
En vez de comenzar una pelea decidió estirarse un poco y mover el cuerpo contra él, con una sonrisa pícara y seductora.
—Entonces no lo hagas, seguro que tienes tanta fortaleza que te puedes separar de mí —le dijo mientras le acariciaba la nuca con las yemas de los dedos.
La mirada de Naruto se volvió más caliente, más intensa y salvaje, bajó los ojos para observar su cuerpo y ella sabía que tenía los pezones erectos y que se le notaban las dos puntas a través de la ropa. Notaba su tensión y cómo se le rozaban contra la tela cada vez que respiraba.
A él se le enrojecieron las mejillas y se llevó la mano hasta la boca, quitándose el guante tirando de los dedos con los dientes. Después, dejó que el guante cayera de su boca al pecho de ella y metió la mano bajo la prenda.
Deslizó hacia arriba su callosa mano, curtida por años de entrenamiento, y tomó uno de sus pechos; después, se movió para acariciarle el otro y volvió al primero. Su palma áspera le rozó los pezones y le arrancó un gemido.
—Te deseó tanto desde el primer día —dijo él con la voz ronca.
Aquello había estado entre ellos desde el primer día, ella había intentado ignorarlo, reprimirlo, olvidarlo y era obvio que él había estado luchando contra la misma atracción
—Si no estuvieras en el equipo, podríamos... —prosiguió Naruto pero se interrumpió para dar un suspiro derrotado— eres demasiado buena con el dron, tenerte en el equipo nos proporcionara un tipo de protección que antes no teníamos.
—Naruto...
—Yo podría haberte puesto las cosas más dificiles para que no superaras el entrenamiento, pero no sería justo para ti ni para el resto de los chicos.