Élite

•43•

Hellooo Vera al habla😷
Después de muchos días intentado explicarle a mi madre que es Airdrop pudo pasarme al móvil el capítulo 43 sin editar, como me lo paso al móvil pues no corregí nada y quizás por eso vean que no está muy a la altura de los anteriores... Lo siento (prefiero traerselos así que saber que lo tengo en mi móvil y que no se los compartí😅)

¡Sin más que decir, disfruten!

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Sakura

¿Cuanto tiempo había pasado?

El estado de inconsciencia que le proporciono el dolor había logrado mantenerla calmada por lo que parecían algunas horas, abrió los ojos y se concentró. Veía algo borroso, pero al menos ahora distinguía mejor en la oscuridad, además el humo provocado por las explosiones y posteriormente el fuego se había disipado.

Por suerte la edificación de las ruinas era en su mayoría de piedra, así que seguramente por eso el fuego no había alcanzado hasta su posición o ya hubiese sido rostizada viva. Su mayor problema ahora era el pedazo de escombro que tenía encima suyo y la insensibilidad de la mitad de su cuerpo.

Débilmente levantó su vista hacia una de las aberturas del techo, provocadas por el desprendimiento y se dio cuenta que el negro del cielo se estaba convirtiendo en gris, estaba amaneciendo.

Suspiró, recostando su cabeza de vuelta al suelo. Podía sentirlo; se le estaba acabando el tiempo.

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Konohamaru

—Es aquí —informo Naruto una vez que las ruinas en las que había estado horas antes aparecieron en su campo de vision.

—Acelera —ordeno Konohamaru al piloto del vehículo, quién enseguida piso hasta el fondo el acelerador.

En menos de un minuto se encontraban estacionando delante de la estructura de piedra, ya que no se le podía identificar más como un edificio. Ahora solo eran un montón de escombros apilados unos encima de otros, era un panorama desolador. Sin esperar un minuto más se bajó del vehículo a toda prisa, dirigiéndose hasta la abertura donde antes había una entradas.

—¡Espere! —le grito Konohamaru al rubio al ver que iba sin cuidado— Moegi quedate cuidando el vehículo, mantén los ojos abiertos y avísame de cualquier peligro, Udon acompañame.

—Si señor —respondió la cadete Moegi entretanto Udon tomo su arma y siguió a su jefe a las ruinas.

—Ese inconsciente, entrar a unas ruinas sin saber si se vendrán abajo... —murmuro molesto el sargento— o es muy tonto o la persona que está aquí debe ser muy importante para comportarse así.

—Se le veía preocupado señor —comento Udon, caminando cuidadosamente detrás de su jefe mientras sorteaba el laberinto de escombros en el que se había convertido aquel lugar.

—No es excusa para ser un temerario inconsciente —se detuvo un momento, escuchando como más adelante una serie de gruñidos se oían, le hizo una señal a Udon de silencio y se acercaron de forma sigilosa.

Naruto no había mencionado nada de posibles enemigos, pero no estaba de más ser precavidos. Se acercaron con cuidado, sosteniendo firmemente sus armas hasta llegar a la fuente del sonido. No era otro que el hombre que los había llevado hasta allí, Naruto estaba delante de ellos luchando para sacar un trozo de piedra que obstruía una entrada.

—¡Que rayos, te vas a partir la espalda! —grito Konohamaru viendo cómo el cuerpo del hombre temblaba en el intento de mover la piedra de su camino, apostaría lo que sea a que si seguía así lograría su cometido aunque a costó de su columna.