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Cuando llego a casa Sakura se dio una muy merecida ducha, se lavó el pelo, se curó los moratones y cortaduras que se había hecho en los aterrizajes y se tomó una buena taza de chocolate caliente con oreos. Con su delicioso plato de galletas y chocolate, un pijama muy cómodo y un sofá que pedía a gritos que ella se acostara en el no pudo sino ser feliz.

Al fin, después de todo el trauma emocional de hace unas horas, podría descansar. Se comió sus galletas y se dispuso a dormir un par de horas.

Cuando se volvió a despertar era casi totalmente de noche, tenía de nuevo hambre y estaba apunto de pedirse comida china a casa cuando alguien llamó a su puerta. Con pereza se acercó hasta ella y miro por el agujero, vio a cinco de los chicos.

¡Incluso Sasuke estaba allí!

Estaban todos menos Naruto y Kakashi.

—¿Que pasa? —pregunto Sakura cuando hubo abierto la puerta, era demasiado extraño que de repente estuviesen todos allí.

—Has entrado al equipo —anunció Kiba con una gran sonrisa— así que para celebrarlo hemos venido a sacarte de fiesta, ¡hoy te emborrachas Pink!

—¿Entre? —su rostro era un poema, no podía creerlo— ¿¡de verdad entre?!

Lee la tomo de la muñeca y la saco del marco de la puerta, estaba emocionado al igual que todos y en su rostro también había una sonrisa.

—¡Si! El salto era tu última prueba y la has superado Pink.

—¡No me lo puedo creer! —ahora ella también sonreía, estaba muy feliz y aliviada ahora mismo— ¡Tenemos que celebrar!

—¡Vamos!

—¡Un momento! —se zafó ella del agarre en su muñeca— no puedo salir en pijama, tengo que cambiarme.

Los chicos se miraron entre ellos sin comprender, pues para ellos el pijama estaba bien. Después Shikamaru se encogió de hombros y dijo:

—Mujeres.

—Oh cállate.

Los dejo viendo la tele mientras ella se iba a la habitación a cambiarse, no quiso ponerse nada demasiado llamativo ya que ellos iban supuestamente a emborracharla y no valía la pena. Así que se puso sus vaqueros, una camiseta negra ajustada y unas deportivas también negras para así estar cómoda. Tomó su móvil, sus llaves y su cartera y salió al salón para encontrarse con los demás.

Estaba tan emocionada. ¡Estaba en el equipo!

Al pensarlo se sintió tan feliz pero también algo abrumado y asustada. El entrenamiento había terminado o, por lo menos, el de preparación... a partir de ahora entrenaría constantemente como hacían los chicos, tendría que siempre estar al cien de sus capacidades y mantenerse en forma. Mientras todos bajaban por las escaleras para ir fuera del edificio les dijo:

—Kyūbi y Raikiri han estado a punto de matarme hoy.

—Si, lo sabemos —dijo Neji— pero vas a tener que superarlo porque nos están esperando en el bar.

Espera.

Espera.

¡Espera!

¿Iban a estar todos?, aquello no pintaba bien... su cabeza comenzó a gritarle en alarma y se agarro a la barandilla por si intentaban llevarsela a la fuerza. No pudo dejar de pensar que aquello podía ser alguna clase de iniciación humillante.

—¿No estarán planeando hacer algún ritual de iniciación verdad? —espeto Sakura mirándolos a todos como gato desconfiado— porque si es así me vuelvo a casa.

ÉliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora