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Semanas después

Hospital Militar

Con las semanas las fracturas en sus piernas y cadera habían mejorado, le habían dado también un tratamiento para la deshidratación grave y se encontraba mucho mejor. Todavía se encontraba enyesada y postrada en cama pero con las enfermeras se las arreglaba para ir al baño sola. Por lo menos, ya le habían quitado la sonda, porque no necesitaban ya medirle la orina para asegurarse de que no se le habían paralizado los riñones.

Luego de las primeras semanas de su despertar sus compañeros de equipo vinieron uno a uno a visitarla, primero habían sido Kiba y Hinata; quienes le trajeron una cesta de fruta y se quedaron toda la tarde con ella. Kiba le había tomado la mano y con algunas lágrimas rebeldes saliendo de sus ojos le había pedido que lo perdonara por la desastrosa misión en Siria.

—No tienes que disculparte —le había dicho ella, sorprendida de ver al rudo Kiba soltar lágrimas delante de ella, mientras que su esposa detrás intentaba consolarlo con caricias en la espalda.

—Si no me hubiese ido.. se supone que soy el médico del equipo, yo podría haber ido y quizás tú no estarías así ahora —le dijo con la cabeza gacha.

—Kiba —le dijo ella en voz alta para que la viera— Sasuke y Shikamaru te necesitaban, cumpliste con tu deber, no agaches la mirada y animate.

El solo asintió luego de un par de minutos e intento no llorar más.

Luego de él había venido Kakashi y Shizune, junto con su pequeña hija quien había traído colores y hojas en blanco. La pequeña se había puesto entonces en la cama de Sakura y le había pedido dibujar juntas, Sakura aceptó mientras charlaba con sus padres.

Con Kakashi la cosa había ido mejor, al menos no había llorado, pero la mirada de arrepentimiento del hombre estaba allí cuando veía a la pelirosa con su primogénita.

Después de todo la consideraba como a una hija.

—Kakashi —lo llamó cuando la familia ya se retiraba al final de la tarde— Cuando vuelva, espero mas entrenamiento de paracaidismo, no voy a parar hasta dejar de tenerle miedo.

El peliplata se sorprendió, pero con una pequeña sonrisa asintió: —Dalo por hecho Sakura.

Ese día las paredes de su habitación había quedado llena de dibujos, algunos incomprensibles y llenos de color, pero que daban vida al espacio sin duda alguna.

La mejor visita sin duda había sido la de Neji y Lee, ambos cargaban con ramos de flores y chocolates para ella. Lee como siempre había estado muy animado ese día, mientras que Neji lo regañaba de cuándo en cuando sacando de ella algunas risas por verlos así. Ese día habían venido también Sasuke y Shikamaru, quienes no necesitaban más de una silla de ruedas y entre los cinco se habían puesto a jugar poker, con su cama como mesa de juego.

No sabía si era suerte o los chicos haciendo trampa, pero ganó todas las partidas y dinero apostado en cada una de ellas y por supuesto la satisfacción de ser mejor que ellos en algo. Además estaba feliz de haber recibido aquellas visitas, hacia que su estancia fuese más amena y entretenida, más ahora que su hermano había tenido que volver al servicio militar luego de casi un mes de ausencia.

Sakura estaba contenta de que ya no hubiese una barrera de mentiras entre ella y Konohamaru, aunque con su ausencia los días eran un poco más aburridos. Su única interacción era con las enfermeras o cuando alguno de los chicos venía a verla, lo cual no era demasiado frecuente ya que incluso sin los tres miembros que estaban hospitalizados habían que tenido que volver al trabajo. Esperaba que al equipo le fuera bien con solo cinco miembros activos por el momento.

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