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Tobi cerró la puerta del garaje con el mando a distancia y salió de su todoterreno, abrió el maletero y sacó la bolsa de viaje que había llevado consigo. Antes tenia chofer, pero viendo el panorama que se asomaba prefería conducir el mismo, porque así no tenía que preocuparse de si su chofer era espía de Danzo Shimura.

Subió a su habitación y deshizo la bolsa de viaje, teniendo cuidado de no hacerlo frente a alguna ventana ya que tenía un par de armas guardadas. Estaba cansado  por el viaje, pero había sido necesario dada las reuniones que el comité de gobierno había programado.

Se ducho y se puso ropa cómoda, bajo hasta la plata baja de la casa de dos pisos donde vivía y con calma, por si le vigilaba alguien, se dirigió hasta el recibidor y tomó la pequeña montaña de cartas que le habían pasado a través de la ranura. Las reviso una a una, fingiendo tranquilidad y falso interés por ellas, en realidad poco le interesaban los recibos de luz y agua, mucho menos la propaganda.

Siguió pasándolas hasta que dio con la que buscaba, un común sobre blanco sin remitente. A simple vista parecía una propaganda más, pero Tobi sabía que era más que eso.

Abrió el sobre y sacó una pequeña nota de dentro, la cual decía;

"Han caído, naranja."

Así que la trampa había funcionado, "naranja" servía para designar al equipo BIJUU que había ido a cubrir la reunión de Orochimaru y uno de sus hombres en Paris. Había diseñado un código de seguridad para designar a cada equipo, si era naranja significaba que el equipo que había realizado la misión era el de Naruto Uzumaki. Se sintió algo decepcionado, ya que esperaba no tener que lidiar con aquel escuadrón, prefería haber lidiado con "rojo" que era el de Gaara Sabaku o incluso con "blanco" que era el de Killer Bee.

Por supuesto habían investigado a cada uno de los integrantes de cada equipo de BIJUU, incluyendo a los nuevos reclutas, y sabían de sobra que era justamente Uzumaki Naruto quien tenía más posibilidades de arruinar sus planes. Aquel bastardo tenía reportes de misiones en las que cualquier ser humano habría muerto, pero él y su equipo no, era una bestia cuando entraba en acción y no ayudaba tampoco que cada integrante de su equipo fueran casi tan habilidosos como su líder.

Quizás el eslabón más débil fuese la nueva adquisición; la chica. Pero incluso si fuese así no pensaba bajar la guardia, aún no sabían exactamente qué papel jugaba la muchacha dentro del equipo pero pronto lo averiguarían.

Rompió la carta y se encogió de hombro, fuese el equipo que fuese el plan seguiría en marcha.

Continuará.

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