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Sakura

Aunque no pensaba mencionarlo aquella misión de rescate estaba comenzando a pasarle factura de la peor manera, no solo mentalmente por todo la angustia que sentía su corazón, sino también por el dolor lacerante que comenzaba a sentir de caderas para abajo.

Aún no se recuperaba del todo del accidente de Siria y el haber venido hoy, cuando hace apenas pocos días que había podido empezar a caminar sin apoyo, había sido imprudente y temerario.

Ni siquiera se paró a pensarlo por un segundo cuando los chicos llegaron a su casa y luego consiguió la localización, no dudó ni un segundo ni se paró a pensar en las consecuencias que eso podía suponer.

Solo quería salvar a Naruto.

Pero ahora, apoyada contra una pared evitando ser perforada por una bala, sus piernas le recordaron su decisión y las muchas sesiones de terapia que aún necesitaba. No aguantaría mucho más de pie antes de caer en un mar de dolor y antes de que eso sucediera, debía resolver esto.

—Lee, tengo una idea —susurro temblorosa ella producto del dolor— pero necesito saber si tienes una bomba de humo o similar.

Lee se volteó a verla, ambos estaban completamente pegados contra la pared, respirando agitados. Era imposible ya saber si los disparos eran desde abajo o desde arriba al fondo del pasillo, todo era un caos.

—Dejamelo a mí —susurro viéndola a los ojos— tengo justo lo que necesitamos.

Del chaleco saco una pequeña granada de luz, de esas que se utilizaban para dejar cegado al enemigo por unos segundos, esperaba que algo como eso les diera una pequeña ventaja para realizar la ofensiva.

Si no salían de esa pared y contraatacaban, se quedarían siempre acorralados.

—Preparate —susurro el pelinegro y saco la anilla del dispositivo— ¡Ahora!

Y con toda su fuerza la lanzó en medio de la oscuridad hacia el fondo del pasillo, donde unas voces alteradas comenzaron a chillar cuando una luz resplandeciente los cegó. Esa fue la señal que necesitaban, con las AK–47 listas se adentraron en el pasillo y en medio de los últimos rayos de luz comenzaron a disparar.

Ahora eran ellos quienes los acribillaban en una lluvia de balas, incluso ella misma que no era la mejor tiradora del grupo hoy disparaba más decidida que nunca.

Los hombres al final del pasillo empezaron a gritar de dolor y ella aprovecho ese momento para chasquear sus dedos, el pastor a su lado ladró en atención y con voz firmé le ordenó;

Attack KRM–09

Y como si hubiese activado un interruptor el dulce pastor que ella tan bien conocía, adoptó una postura de ataque y se transformó en un soldado. Incluso en la oscuridad ella pudo apreciar los colmillos blancos y escuchar los gruñidos que emitía, como un rayo el perro se lanzó al ataque y antes de que sus oponentes se dieran cuenta ya Kurama los tenía enganchados.

Lee y ella aprovecharon esa segunda distracción y acabaron con aquellos que aún estaban de pie. Corrieron en dirección al pastor, quién también había acabado de un mordisco en la garganta a un hombre.

Ahora que los veían de cerca se dieron cuenta que eran cinco hombres a los que se había enfrentado, todos con vestimenta negra y que protegían una puerta que llevaba por unas escaleras estrechas al que creía sería el ático. Kurama se postró delante de esa puerta, indicándoles que de allí provenía el rastro de Naruto.

—Estan arriba y nos están esperando —murmuro Lee en voz baja, estaban apunto de subir cuando escucharon pasos venir detrás de ellos— ¡Pink, tras de mí!

Y ocultos tras el marco de la puerta que daba al ático Lee empezó a disparar a los recién llegados, ella comenzó a moverse ansiosa y sin esperar instrucciones comenzó a subir las escaleras que la llevarían directo hasta Naruto.

No sabía si lo que hacía era correcto, ir sola contra quién sabe cuántos y dejando solo a Lee, pero era más su necesidad de ver al rubio que la razón.

Subió lo más sigilosamente que pudo, con el arma fuertemente sujetada y Kurama siguiéndole de cerca, aún en estado soldado. Al final de las escaleras había una puerta de aspecto viejo y destartalado, no había nadie protegiendo la entrada, pero sabía que había gente dentro por la luz que se colaba bajo la rendija.

Respiro agitada, acercándose lentamente e intentando captar algún ruido desde el otro lado. Por las voces que se escuchaban podía deducir que había alrededor de tres hombres dentro de la habitación, también escucho el murmullo de lo que creía era la voz de Danzō.

Estaba en el lugar correcto.

Sin esperar más y olvidándose del dolor, guardó a su espalda la AK–47 y saco de sus fundas las dos 9mm que tenía guardadas. Nunca había manejado dos pistolas al mismo tiempo, pero si los de dentro la superaban en número, más le valía tener dos cañones apuntando al enemigo que solo uno.

Se preparó mentalmente y con un pequeño impulso le propinó una patada a la vieja puerta, que cedió enseguida y cayó de golpe dentro de la habitación.

Ya he llegado, Naruto.





Continuará.
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Uffasssss realmente no sé cómo va a resultar esto, hasta yo estoy nerviosa jejejeje🥺🥺🥺

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¡Nos quedan tres capituloss!

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