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Selva Amazónica de Colombia.

Soltando un juramentos en silencio, porque maldecir en voz alta requería demasiado aliento, Sakura corría por el accidentado terreno con la bolsa de su equipo golpeándole la espalda. Blue Bird iba ya a salvo en un compartimiento que había sido especialmente hecho para él, para el ordenador portátil, los sensores y las cámaras.

La única que sufría ahora mismo era su espalda, por todos los golpes de la bolsa que le hacían daño. Iban corriendo a toda velocidad por la selva Amazónica, ya que el doble agente al que habían ido a rescatar había elegido aquel punto para esconderse de los guerrilleros colombianos que lo perseguían. Aunque ya Colombia había conseguido mucha estabilidad gracias al acuerdo entre el gobierno y la guerrilla, aún quedaban muchas corrientes hostiles en el país: insurgentes, rebeldes, narcotraficantes, fuerzas militares del gobierno y extranjeros con intereses.

Todos ellos formaban un cóctel explosivo.

Ella odiaba estar allí y se sentía mal por odiar una selva tropical, pero así era. Las selvas eran un maravilloso entorno natural, pero no estaban hechas para las personas.

Solo faltaban dos horas para que se pusiera el sol y aquel maldito lugar se quedara completamente a oscuras. Durante aquellas dos horas, tenían que saltar raíces gigantes, soportar los golpes de las ramas con hojas en la cara y los gritos de los animales, que aullaban como si se estuvieran riendo de ellos. Avanzaban en fila de uno a uno, separados a la distancia necesaria para no perderse de vista entre la vegetación.

Naruto era el primero, el agente doble iba tras él, seguido por Shadow y los siguientes eran Raikiri, Wolf, Byakugan y los últimos que eran Sharingan, ella misma y Lee. No habían tenido ningún problema para ponerse en contacto con Yamamoto, el agente.

Cuando lo consiguieron ella se aseguro en su pantalla de que habían un montón de señales de infrarrojos, pero ninguna era lo suficientemente grande para ser humana excepto las de sus chicos o la de Yamamoto. Guió a Blue cuidadosamente entre la espesa vegetación y fue dibujando círculos alrededor del grupo para asegurarse de que no había nadie escondido esperando para tenderles una emboscada, ni nadie que se acercara sin ser visto. Con todos los ojos que tenía Blue, era dificil esconderse de él.

Cualquiera habría tenido que saber cómo disimular su señal térmica para conseguir pasar inadvertido para el dron. Los problemas habían surgido al ponerse en marcha, ya que tuvo que guardar el dron una vez que se consiguieron a Yamamoto. Se suponía que debían encontrarse con un par de todoterrenos que iban a llevarlos al aeropuerto donde los recogerían, la operación debía llevarse a cabo rápidamente para que nadie pudiera atacarlos.

Por desgracia, algunas veces los planes más cuidadosos salían mal por pura mala suerte.

Hubo un disparo desde la derecha. No vio lo que sucedía debido a la vegetación, pero, por instinto, hizo lo que había aprendido durante el programa de entrenamiento y se tiró al suelo. Escucho la voz de Naruto por los auriculares.

Sonaba tan calmada como si estuvieran en un día de picnic.

Byakugan, ¿lo tienes en mira?

Afirmativo.

Hubo otro disparo, en aquella ocasión, de un rifle.

Objetivo abatido —dijo Byakugan.

A Sakura se le encogió la garganta, saber que podía verse en una situación violenta y estar en una situación violenta real eran dos cosas muy distintas. Acababa de morir una persona y uno de ellos también podía morir. Lógicamente, el blanco era Yamamoto, pero en realidad el tirador podía haber apuntado a cualquiera de ellos y como ella no podía utilizar a Blue mientras corría, no podía protegerlos.

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