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Agradeció al cielo y a todos los dioses que le dieran el privilegio de trabajar una semana antes de abrir de nuevo la empresa en totalidad.

—¡Hey!

La fuerte voz de su jefe le hizo saltar.

—¡A mi oficina Im!

Mierda. ¿Se habrá dado cuenta de que había dejado los dulces que le mando la pareja de su jefe en la oficina?

El despacho del hombre mayor no era tan grande. Era lo mejor que podía darse pues la empresa aún era pequeña y sin mucho reconocimiento.

—¿Que se le ofrece?

Jaebum tomo asiento en la silla frente al pequeño escritorio.

—¿Recuerdas la presentación de la empresa antes de vacaciones?

Claro que la recordaba, ¿Como no hacerlo, si tuvo que hacer aquel trabajo alrededor de ocho veces, pues sus hijos arruinaban intento tras intento?

En vez de contestar prefirió asentir, aún tenía los dolores de cabeza por hacer aquello en una noche.

—Todos hablaron maravillas de ti después tu gran presentación.

No tenía palabras.

—Antes de continuar con esto... —El hombre tomó un trago a su taza de café. —Si no mal recuerdo, tienes una familia ¿Verdad?.

—Si, dos hijos.

Si jefe le miro enternecido.

—Antes de tomar esta decisión, piensa en ellos.

Estaba nervioso, más bien nervioso era poco. Casi nunca nadie le pedía pensar en sus hijos antes de tomar una decisión.
En su mente se reprodujo el momento exacto donde Yeji y Hyunjin... Estaban tirando todo el talco del hogar para lucir como fantasmas. Iba a castigarlos.

—Un CEO me han pedido que te transfiera a su compañía...

—¿Qué?

—A él le encantó tu presentación y ha sugerido hacerlo. La mayoría de sus empleados en su compañía se jubilaron. Y quiere gente con tu energía ahí.

—¿Transferirme?

Seguía en shock. Había pasado dos años en aquel trabajo y ahora le pedían un cambio.

—Im. Solo es un comunicado. Aún tienes la opción de quedarte con nosotros. —El hombre le ofrecía un pequeño dulce de menta. —Como tu superior insistirá en que te quedaras aquí, pero hablando como tu amigo ellos te ofrecen mucho más de lo que nosotros podemos darte. Y si piensas en tus hijos, más que nada, tienes que tomar en cuenta que, cada vez los gastos en su educación serán cada vez mayores...

¿Educación? ¿No podía educarlos su mamá a base de chanclazos?

—Piénsalo Jaebum.

Claro que lo pensaría.

¿O no?

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¡¡Muchas gracias!!

Pronto maratón