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Debería hacer algo por Jennie. Ella le había sido de mucha ayuda en todos los sentidos desde su reencuentro. Incluso le hizo volver a ver a uno de sus amigos de antaño.

¿Un perfume seria buena idea? ¿O un gato?

El viaje fue bastante jodido, con ello de durar horas sentado solo le hizo quedar entumecido del culo.

Pero valió la pena cuando los dos rostros se mostraron. Ambos estaban sumamente dormidos en su vieja cama, no podía esperar menos a altas horas.

Había sido amenazado por su madre si hubiera llegado a despertarlos, pero no lo hizo el también deseaba dormir.

Y fue a la mañana siguiente en que los gritos de alegría se esparcieron por el cuarto y lograron despertar le para ver a detalle la alegría en Yeji y Hyunjin.

Cargo a ambos como si pensaran nada, en forma de que volaran. Si se quedaba con una hernia por levantar a sus hijos en sus hombros tal vez no era tan malo, porque en esos momentos solo importaba celebrar que ya estaban de nuevo juntos. Solo ellos tres, como lo fueron desde un inicio...

Las carcajadas se quedaban en sus oídos del camino dado hasta la cocina. Hyunjin y Yeji ya debían estar lo suficientemente despiertos como para negarse a desayunar.

—¿Papá podemos ir al parque?

Jaebum sonrió a su hija. No podía negarle pasar momentos a su lado...

—Claro.

Lo que no sabía era que la cabecilla con dos chonguillos todavía pensaba en aquella mujer que se quedó con el cachorro...

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Sus dos hijos parecían no haber visto la luz del sol en días... Corrían de aquí a allá, y pues el... El iba tras ellos.

Estar con ellos lo hacía sentir un poco más lleno, más feliz y más libre.
Era como si ellos le dieran una parte de su juventud.

Hyunjin corría de un lado a otro por el centro del lugar como si no hubiera mañana descargando toda esa energía proporcionada por la felicidad que tenía por el hecho de que su padre volviera.

—¡Papá! ¡Mira lo veloz que soy! —Alardeaba el niño para captar la atención de su padre.

Mientras que por otro lado Yeji intentaba alcanzarlo pero sin mucho resultado ya que... Aún buscaba a la mujer que les fue tan amable en el mismo lugar.

Le parecía de una forma desagradable la manera en que su tía les jalo y separó de ella brusca y grosera.

—Princesa. —Repitió por quinta vez intentando llamar la atención de su hija, sin embargo ella no era acostumbrada a ser llamada de esa manera por su padre, porque él siempre llamaba prin8a su herm... A Ryujin. Ella estaba más apegada a ser llamada mocosa. Y aunque sonora peor le tenía cariño a su apodo. —Yeji.

Por fin la de ojos finos levantó su mirada. Jae seguía siendo más alto que ella aun si estaba incado.

—¿Que te sucede? —Ya la había visto distraída desde que llegaron.

—Estoy feliz de que hayas vuelto, Papá. —Lo abrazo con fuerza y ganas de nunca soltarlo.

—Eso ya lo sé, pequeña. Pero parece que buscas algo.

Yeji pensó si decirle la verdad.

—Es solo que hace poco Jinnie y yo encontramos un perrito. —Jaebum asintió—. Estábamos buscándole un hogar, porque sabemos que los perritos te hacen daño.

Algo en Jae se oprimio... Sabía cuanto añoraba un cachorro pero el hecho de que fuese alergico al pelo de este se los impedía...

—Entonces encontramos una noona muy muy amable en este parque, y ella nos dijo que podía ser su mami, también nos acompañó a buscar a la tía Nayeon pero...

Yeji se detuvo sin más.
—¿Pero que, cielo?

—Pero...

Cuando la menor del Clan Im iba a confesar, el sollozo y golpe seco se escuchó... Quitando la importancia a todo argumento.

Hyunjin había tropezado con alguien...

—¿Papi, podemos ir al parque?

—Claro. —Dijo acomodando algunas de sus notas antes de levantarse— Vamos Ryu.

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Hay posibilidades de maratón. Nada seguro.

Con amor, Dan.