Porque cualquier padre quiere ser el hogar de su hijo.
Dos padres solteros.
Dos diferentes situaciones.
Pero son sin duda los mejores para sus retoños.
Y... ¿También los mejores el uno para el otro?
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💎Capítulos cortos
💎Aparición de otros gru...
La ventana no irradiaba la luz del día gracias a las oscuras cortinas. No podía esperar menos.
Miraba a la nada esperando que el alcohol volviera a hacer efecto. Los días transcurrían con libertad como la de una paloma en vuelo.
Había perdido el pasar de estos. La noción del tiempo y las borracheras no iban nunca de la mano.
Su teléfono ya hacía sobre la mesa noche, ignorando una y otra vez todas las llamadas y mensajes fueran de quien fueran. De todas formas las vacaciones que le debían ya estaban corriendo a su favor. Aún si le quedaban seis días en libertad lo valían.
Acunado entre el líquido agrio y el sueño, escucho la puerta abrirse...
—Largo. —Exclamó el pelinegro sin pensar, ni ver quién era. No era una mucama del motel, la etiqueta de la puerta les impedía entrar, y además solo había una persona que sabría de su paradero.
—Creí que jamás te volvería a encontrá aquí. Debió ser una casualidad que la misma habitación estuviera sola. —Dijo mientras cerraba la puerta.
—¿Quién carajo fue? —Preguntó bajando la lata de sus labios.
—Nayeon me llamó preocupada. No ha sabido de ti en una semana y media.
Vio como Seulgi quito su lata un momento y dio un sorbo.
—El beber no va a traerlo de vuelta contigo. Ambos lo sabemos.
Claro que Jinyoung no volvería a su lado con cada botella que bebiese. Ya lo había aprendido antes, pero eso por lo menos ayudaba por lo menos a perder la conciencia cierto tiempo.
Cierto tiempo en que olvidaría todo. Aquella vez no hubo fallos.
—Lavnatate y salgamos de aquí. —Dio una leve patada al alto y a la vez extendió su mano hacia el. Más fue ignorada. —Se que piensas que esto es lo mejor, pero incluso si funcionó con ella, recuerda que las cosas han cambiado. Esto ahora no sólo se trata de ti, ahora hay dos niños que no saben cómo lo que creyeron que era una familia, se rompió de repente. —Ella suspiro. —Ellos te necesitan, Jae.
Jaebum por un momento parecía rebobinar, pero un simple trago de alcohol quedaba nuevamente en la deriva.
Seulgi aún recordaba sus andadas juveniles por toda la ciudad, todos aquellas aventuras desvergonzada que vivían al día a día se veían tan falsas al ver como el protagonista de todas ellas se mostraba como un cobarde en un motel barato.
—Ellos son más pequeños... Lo olvidarán pronto. —Chasqueo la lengua al final, dejando en claro lo celoso que estaba porque sus hijos aún tenían una vida corta como para recordar en su futuro.
Cada vez la paciencia de la Kang bajaba. Estaba harta de ver a un fanfarrón que hacía decir que era el gran Im Jaebum. Y con fuerza pisoteo la lata de la que el chico bebía.
—¡Claro que lo olvidarán! Pero contigo aquí sin hacer nada, solo incrementa el vacío. —La fría mirada de Seul, le puso la piel de punta. —Ellos acaban de ser arrebatados de su familia y tu te alejas aún más, siendo lo poco que tienen... —Ella tomó un respiro, con tal de calmarse. —Sabes, la primera vez que me decepcionaste pensé que sería la última... Pero veo que me equivoque...
Con toda la fé que ciegamente tenía en el chico siendo apagada poco a poco se marchó.
La habitación se quedó fría y tranquila nuevamente... Dejándolo atorado en sus pensamientos...
Tal vez... Solo tal vez. Seulgi tenía razón.
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—¿En serio no lo detendras? —La cara asustadisa y desamparada de Seul, dejaba saber lo que sentía a simple vista.
—¿No deberías estar con tus hijas? —Preguntó Jaebum con tal de desviar el tema. Con Hyunjin y Yeji de año y medio, aún no le gustaba hablar del tema...
—¿Y tu no, deteniendo una boda? —Ante la respuesta de ella, el solo miró hacia abajo, hundiéndose en pensamientos. —¡Aún hay tiempo! ¡Y ambos sabemos que ella te ama y tu a ella! Jae por favor...
El alto no tenía palabras.
El silencio se mantuvo un rato hasta que...
—Ya es tarde. —Fue lo único que pareció articular antes de encaminarse escalera arriba...
Aquello solo logró una serie de actos...
El primero, el nacimiento del sentimiento de decepción en el pecho de Kang...
Segundo, el como ella vio a un delgado moreno, un extranjero, que había escuchado todo escondido... El rostro del chico se deformo su rostro en consternación y sorpresa por la información...
Y por último el sentimiento de culpabilidad en Kang por arruinar lo que pudo ser la bella relación de Jaebum y aquel bello tailandes...
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Actualización, por exentar cálculo, el que gane un concurso académico y que los AAA Vietnam son en unas horas.