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—¿Cuanto dices que nos quedaremos?

Jaebum quería irse a su país inclusive si tenía que ir en bote de remos pero quería hacerlo.
La noche había sido un grano en el culo, no porque durmió en el sofá, mucho menos porque estaba a kilómetros de sus hijos, si no porque la pareja de jóvenes y futuros padres pasó de gritos en gritos a medida que la madrugada pasaba.

—Nos iremos pasado mañana no te preocupes. —Justo al terminar el castaño dio un gran bostezo. El tampoco había consiliado un poco de sueño.

Ambos se dirigían a la junta, donde expondrán el nuevo proyecto de la organización. Y por fin mañana se darían los papeles a firmar si la repuesta era positiva.

—Sigo sin entender porque para verse formal se debe ir de pingüino... —Im lucia impecable, su cabello hacia atrás, sus orejas ambas libres de sus aretes, el pulcro traje negro con un corbatin azul añil. Tan formal.

Jinyoung quería suspirar, su acompañante se veía mucho más que bien...

Inmediatamente el comentario que le hizo Wang en la mañana al notar como Park quedó con la boca abierta al ver a Im.

"Más bueno que el pan, ¿no?"

El no se quedaba atras, su traje gris opaco con una corbata magenta le quedaba bien, demasiado bien según Jaebum.
Jae no podía dejar de observar varios detalles que él traje hacia relucir, como el que el sacó se ceñia en la pequeña cintura, o que el pantalón estaba ajustado al grado de que el prominente trasero...

—Jaebum, ¿Estas escuchando?

Diablos, se quedó mirando sin poner atención.

Jinyoung lo había atrapado. Y rió.

—Solo lo hacemos para dar una buena impresión a la empresa, podrás quitartelo en cuanto salgamos de ahí. —Hablo con un deje serio, casi robotico. Los cabellos castaños se quedaban al costado de la frente de Park. Este seguía rígido en su lugar.

No era de extrañar que estuviera así, después de todo debía representar la empresa familiar a una docena de empresarios mayores...

Al llegar al encuentro, no fueron de los primeros pero tampoco los últimos en llegar. Todos eran hombres mayores, aunque también había varias de las secretarías de estos que se comían con la mirada a los coreanos.

Y pese a que varias intetaron hablarles antes de que la junta diera inicio, Jaebum sólo se preocupaba por el estado del Park. Su boca se comenzaba a secar.

Dejando al lado todo tomó la mano del menor y se acercó a susurrar.

—Todo saldrá bien, siempre y cuando seas solo tu, ¿Bien?

Solo esas palabras fueron lo suficiente para que todo temor de arruinarlo se alejara, y el corazón de Park se ajitara.

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Yugyeom llegaba a casa después de la larga jornada laboral. El alto no sólo se partía la espalda en las pasantias de la carrera de comercio internacional, si no que al salir de estas el corría a un pequeño establecimiento de comida coreana, con el siendo coreano de nacimiento le era sencillo explicar a los comensales los platillos haciéndola de mesero. Después de todo necesitaba dinero para su bebé, sería padre soltero.

Jinyoung siempre le recalcaba que no era trabajo fácil mucho menos barato, aún más los primeros meses, aquellos en los que los pañales se terminaban en un parpadear, después de que su hija o hijo dejara los pañales venía la escuela y por lo que Jackson le dijo las inscripciones no eran muy baratas tampoco.

No quería seguir peleado con Bambam, pero no era justo dejarle pasar el acontecimiento de un mes atrás... ¿Un mes? ¿Tanto había pasado ya?

Pasado mañana sería día de los enamorados. Y como siempre no tendria con quien pasarla, si tan solo Bam no hubiera hecho aquello...

Había días en los que el mismo se culpaba así mismo, y si todo fue un malentendido, o si tan solo no hubiera reaccionado así pudieron haberlo arreglado con una charla.

Suspiro agotado. Solo quería dormir, giro la manija de la puerta principal hacia la derecha con tal de abrirla, pero noto como alguien por el otro lado también lo intentaba.

—Yugy... Hola.

—Hao. —El chico chino, amigo de él padre de su hijo. —Estabas con Bam, ¿No?

—Claro, debes seguirlo cuidando. Me llamo hoy diciendo que no podia con los mareos. Se veía del asco. — ¿Bam estaba enfermo? Kim comenzó a preocuparse. —Me hizo venir con la excusa de que la vez que fuimos al restaurante el me cuido cuando vomite y...

¿El restaurante?

—¿De qué hablas? —Preguntó con cierto desconcierto.

—Supongo que debió contarte lo del restaurante... —Minghao parecía no saber de la discusión en lo absoluto.

Kim asintio desesperado deseando que siguiera.

—Yo me emborrache solo para presumir que el no podría beber, y terminó cuidándo de mi...

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Se separó bruscamente de Im al escuchar el nuevo grito en la parte de arriba.

—Estoy harto de esto. —Alegó Jinyoung a eso de la una de la mañana. Desde que habían llegado, unas dos horas atrás, Yugyeom no había parado de azotar la puerta del cuarto del Tailandés para que le abriera. Si no mal recordaba Park solo fue una vez en que tomó un descanso para comprar sabrá que al supermercado.

Tanto el como Jaebum estaban en el gran tendido en la sala escuchando todo, y podía apostar que Jackson estaba igual que el.

—¿Quieres ayuda? —Ofreció Im, quien añoraba irse a su hogar, aún si los dos sarnosos de sus hijos estaban en casa era mejor que esto.

—Ayudame a encerrar a Yugyeom en su cuarto, hablaré con el.

Y ambos adultos se levantaron y comenzaron su plan.

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