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Si no mal recordaba le habían dicho que la repuesta acerca de la entrevista era en dos semanas. Y exactamente ese día se cumplian.

Podía apostar que en sus dedos no había más de la mitad de sus uñas.

La ansiedad lo carcomia.

¿Le habrían aceptado? ¿O rechazado?

Aghhh.

Era tanta la angustia que llegó media hora antes a la guardería.

—Hola. —Una voz masculina le saludo. Era el padre del niño con el que Hyunjin siempre peleaba. Si no mal recordaba también tenía mellizos.

—Hey. —Hablo un poco desanimado.

El chico pelirrojo suspiró.

Se sentía un poco incomodo.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Ya la has hecho. —Contestó Jaebum al chico delgado. Y este río. —Vamos hazla

Un aura de seriedad cubrió a Mark.

—¿Es difícil cuidar solo de mellizos?

No sabía que contestar con exactitud. Porque si lo pensaba bien más que cuidarlos, se comportaba igual a ellos. Y la que terminaba cuidandolos era Yeeun.

—Uno se acostumbra, supongo. Pero en mi caso no tengo de otra y siendo sincero para mi es divertido, juego con ellos hasta que tenga que actuar como un adulto serio.

El delgado le miraba con atención.

—¿Por qué cuidas de ellos solo?

—Habíamos acordado que sólo era una pregunta. —Mark volvió a reír, en serio aquel tipo era divertido. —Pero me la cobrare. Mi ex los dejo en casa cuando apenas habían nacido y no iba a dejarlos.

—Suena a ser una perra. —Wang no entendía como había personas así.

—No suena a serlo. Es una perra. —Aclaro Im. —Ahora mi pregunta. ¿Por qué preguntas si es fácil? Digo has vivido con ellos casi cuatro años. —Jae noto que Mark se puso tenso y dejó de hablar. —Está bien si no quieres hablar de eso. Pero si necesitas a alguien estoy para escucharte. Soy Jaebum.

—Mark Wang...

-    -    -

Justo después de llegar de la escuela los mocos, como Jae solía llamarles, tiraron sus mochilas en la entrada para después dejarse caer sobre los sillones.

Jae seguía nervioso. ¿Le llamarían?

No quería usar su teléfono por si llamaban y esto marcaba ocupado. Por ello uso el teléfono fijo y encargo comida. Porque tampoco quería estar ocupado cocinando si le llamaban.

Ya ahí fue...

El teléfono sonó y lo tomo desesperadamente.
Y contestó de la misma forma.

—¿Se encuentra el señor Im Jaebum? —Una dulce voz atravesó la bocina. Era clara pero melodiosa.

—Si, habla él. —Im uso un tipo de voz calmada y sofisticada con tal de dar buena impresión.

—Lamentamos informarle que su entrvista tuvo un bajo rendimiento y... — Para ese comentario ya se había dado por vencido en ser aceptado, como consuelo podía intentar ligar al chico del teléfono, no se escuchaba tan mayor después de todo. —A sido aceptado. Le veremos el lunes que viene, en la empresa. Que tenga un lindo día.

¿QUE?

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