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Y el verano había terminado.

Su trabajo era igual al que tuvo en su país natal, sólo que ahora era menor de lo que se encargaba allá. Por ello tenía días libres en exceso.

Tales como ese en que Jennie le convenció a acompañarla a un casino.
Tuvo que aceptar a regañadientes al final debido a la amenaza de que si no lo hacía, tendría que volver a los taxis.

Y no era una idea agradable.

Su vuelo era en unas horas. Más exactos en la mañana. Su maleta estaba hecha para los días exactos a quedarse en Seúl.
Y por ello advirtió a la Kim de volver temprano. Ella sabía cuán especial era lo de su vuelo a Corea.

Jaebum abotono su camisa dejando los últimos dos desabrocahdos. Mucha gente lo vería raro si no lo hacía... Jinyoung por ejemplo siempre lo...

No. No. Debía olvidar a Jin.

Su cabeza entre más obligarse a olvidarlo. Más parecía pensarlo.

¿Acaso le gustaba la mala vida?

No.

Era disgustante.

Jaebum del coraje jalo sus cabellos de desesperación.

Debía dejar de hacerlo...

Con el rato que se tranquilizó, comenzó a pensar. ¿Que debería jugar en el casino? Siempre le iba mal en ese tipo de cosas.

Sus pensamientos de finjir una enfermedad antes de terminar despalfirrando dinero, fueron interrumpidos por el tocar de su puerta...

Era hora.

_

El casino no era tan grande como imaginaba, incluso Jennie no iba arreglada como pensaba que iría. Tal vez era el hecho de que había visto demasiadas películas situadas en Las Vegas.

En cambio el mínimo maquillaje y un vestido negro sencillo... su imaginación se veía más exagerada si era sincero.

—¿Te interesa algún juego? —Jae negó al instante, si su paga se iba a ir que se fuera en consentir a los niños en la gran ciudadela —Entonces bebamos.

Vio la sonrisa pícara de la Kim, y pensó lo peor.
No la veía de esa forma. ¿Por qué no le entendia?

La siguió hacia la gran barra sin rechistar mientras se dedicaba a asegurar que el pensamiento de vigilar que Jen no pusiese nada en su bebida no saliera de su cabeza.

—¡Hey tu! —Gritó en coreano la chica.

Jaebum quiso recordarle que no debía ser irrespetuosa mucho menos con alguien que no sabía el idioma... Pero el Barman volteó.

—¿No dijiste que llegarías más temprano? ¡Me he quedado una hora extra por tu culpa! —Renego el chico.

Jaebum le estudio bien el rostro y luego miró a Jennie.