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—Ah. —Era ya la décima, no. Doceava vez. Que Mark suspiraba.

—Sabes que te escucho. —Afirmó Park en el auto. Iban tarde y el tráfico los mantendría varados un rato. Desde que Jackson se había ido, Jinyoung ayudaba a su amigo en todo.

Recién habían dejado a los mellizos en la guardería y a Ryujin con los Padres de Jisoo.

—Ni yo lo sé.

—¿Fue tan necesario llorar el día en Bussan? —Preguntó el más alto y el contrario giro su cabeza hacia la ventana.

—Sé que Jack volverá. Lo conozco...

—Claro que lo conoces, es tu marido. ¿Entonces por que lloraste?

Mark volvía a tener lágrimas en sus ojos al mirar al frente.

—Porque lo conozco. Porque tanto como se que el volverá, sé que tal vez ni siquiera vuelva por mi. —Mark comenzaba a hipar y su voz se cortaba.

Jin no podía sentirse peor. Porque desde que conoció a Wang era así.

—Re-recuerdo que cuando J-Jackson llegó aquí...—Si era sincero quería saltar a abrazar a Tuan. Se veía tan roto. Tan sensible. Tan pequeño. —El mantenía una relación a distancia y-y él...

Bien conocia la fama de Jackson, todo un cazanova, tal vez su amigo tenía razón en llorar. Porque el también lo había pensado, tal vez cuando Wang volviera, no sería por Mark, tal vez solo por sus hijos o por una firma para un divorcio.

No lo pudo evitar y tomó en brazos al delgado.

Temblaba.

Nunca vio a su amigo de tan miserable forma. Mark era tan seguro que no parecía ver a su amigo ahí.

Y no podía hacer nada. Se sentía tan incompetente. Solo tomarlo en sus brazos.

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Cuando Jinyoung noto a su padre en uno de los pasillos sabía lo que diría en cuanto esté le vio, por ello prefirió adelantarsele.

—Llego tarde, lo sé. —Su padre solo asintió levemente.

—Jin, el será tu ayudante en finanzas. —Su padre le hizo ver al chico que se encuentraba a su lado.

No era nada más, ni nada menos que el chico al cual aceptó pese a tantas notas en su expediente.
No iba a negarlo. Aquel chico demostraba un brillo especial, algo nunca antes visto en alguien. Y no iba a negar lo guapo que era, se notaba que este hacía ejercicio. Tan solo era unos escasos centímetros más alto que el.
También contaba con unos ojos tan pequeños que lo hacían ver tierno de cierta forma.

Serían grandes compañeros.

—Park Jinyoung. —Estiró su mano hacia el chico en presentación, pero este solo parecía sonreír.

Hasta que de alguna manera regresó.

—Im Jaebum. —Parecía nervioso.

Ambos sonrieron ante el contacto. Parecía que se sentían completos.

Y el padre del doncel lo noto.

—Los dejaré que se conozcan. Después de todo comparten oficina. —Los hombros del hombre se levantaron. —Jaebum, el te enseñará todo lo que quieras. Si me necesitas estaré en mi oficina.

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—Creo que eso es todo lo que tendrías que saber. —Habló Jinyoung. Había explicado a Jae todo con respecto a lo que harían ahí. El chico parecía insatisfecho. —¿Pasa algo?

Suspiro antes de hablar.

—Sólo... —No lo iba a decir. —Creo que es más fácil de lo que pensé. Digo mi anterior empleo las cosas eran más complejas.

—Mmm. ¿Entonces también quieres traerme el café? —Ambos rieron levemente.

Aunque lo que le hacía gracia a Im era el que, el desearía llevarle el café todos los días... Más no en la oficina.