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El simple hecho de tener que faltar a su nuevo trabajo por primera vez, parecía inaudito. Pero que ma spodia hacer, sus hijos se habían enfermado y no podía enviarlos así a la guardería.

En momentos como estos era cuando se comportaba más como el padre de los niños, los pobrecillos no habían dormido en toda la noche debido a la tos y a sus narices tapadas.

Ambos seguían en pijamas. Ya el doctor Jung les había dado un diagnóstico y una receta.

No era nada severo, solo un jarabe y una inyección... Eso era a lo que temia. Los niños odiaban las inyecciones.

Los niños se veían tan relajados ahora viendo sus caricaturas en el sofá, mientras Jae pensaba severamente como haría para que les inyecctaran.

De repente su teléfono sonó. Probablemente debía ser la amiga de Nayeon, la cual había estudiado enfermería y se había ofrecido a ayudarle.

—Habla Jaebum. —Contestó.

—¿Ya estas por llegar? —La nerviosa voz era de fácil detección para Im. De alguna manera sonrío por pensar de que tal vez si le importaba al chico.

—Eh, no. Hoy le he llamado a los administrativos, no podré ir. Hyunjin y Yeji se han enfermado, y debo cuidarlos...

—Oh.

—Termine el trabajo ayer que llegue a casa. Si lo necesitas puedo enviártelo con alguien o puedes venir por el... —Hablaba Jae con tranquilidad, Jinyoung era reservado, era obvio que le pediría a alguien que llevase el trabajo a la oficina.

—Iré por el. —Park sonaba seguro. Porque realmente lo había dicho sin pensar.

Se quedó congelado un instante.

—Está bien. Te pasare la dirección por mensaje.

—Perfecto.

¿Que había hecho?

Pensaron ambos.

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—Ni tu. Ni yo estamos listos para esto, estoy seguro de que lo mejor será, abortarlo. —Sabía perfectamente que ese tipo de charlas no debía hacerse en videollamada, pero no tenía de otra pues Yugyeom, había viajado a Bussan nuevamente.

Bambam estaba seguro de que Kim,estaria de acuerdo con el en abortar al feto que llevaba en el vientre.

Podía saborear aquella victoria de ganar.

Se negaba a tener un bebé. Nunca lo había pensado. Tal vez amara a Hyunjin y a Yeji, pero no le gustaban los niños. De alguna manera le gustaban solo ellos dos porque el no se encargaba de ellos a diario.

Cuando noto como la manzana de Adán de Yugyeom bajaba se dio por campeón.

—Tengamoslo, Bam.