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-Vamos Jaebum, no debes estar nervioso. -Le alentaba su madre desde el móvil. -Todo saldrá bien, ya veras.

No tenía mucha fe en ello.

-Debes estar tranquilo y..

-Estaría tranquilo si hubieras cuidado de los niños.

Yeeun le había cancelado cuidar de los mellizos no más de cinco minutos antes de partir.

Claro que intento encontrar a alguien quien cudase de ellos, pero nada.

Bambam estaba fuera del país, Nayeon se encontraba a fueras de la ciudad llevando a cabo su trabajo, Youngjae ni siquiera contestaba sus llamadas y... ¿Por qué no tenía más amigos?

Bueno si los tenía pero jamás llegó a necesitar con urgencia su número como ahora.

Maldijo a todos y tuvo que hacerlo.

Tal vez su peor error.

Llevar a los mellizos a la entrevista de trabajo.

-Jae sabes que ellos son algo tímidos en público, no creo que hagan nada.

Su mamá podía estar en lo correcto pues desde que llegaron a la sala de espera no habían dicho ni pio, solo habían estado jugando en un cuaderno que llevaban en una de sus mochilas.

-Bien. Suerte, tengo que irme. Nos vemos en casa. -Se despidió su madre sin esperar respuesta.

Yeji y Hyunjin, parecían angelitos... ¿Qué se traían?

-Awwww, son tan tiernos.

La voz femenina hizo levantar la cabeza de la familia Im. Era una chica bonita con unas grandes mejillas y enormes ojos.

Jae dedujo por obviedad que era una empleada, por el gafete que colgaba de su cuello.

-¿Cuáles son sus nombres? -Preguntó la chica mirando al mayor.

-Im Yeji. -Hablo la niña de cabello corto hacia la señorita. Para Yeji la joven frente a ella era hermosisima como las princesas de los cuentos que siempre les contaba su tía Nayeon.

-Mucho gusto, Yeji. -Hablo la mayor y estiró la mano hasta la pequeña, la cual correspondió debidamente. -Yo soy Jimin. ¿Y tu pequeño?

Hyunjin se removió y le sonrió, porque como su hermana lo primero que pensó fue en una princesa.

-Im Hyunjin. -Jimin repitió la acción que anteriormente hizo con yeji, pero ahora con el niño.

Ambos niños la miraban con admiración.

Hasta que...

-Im Jaebum, su turno... -Grito la mujer de recepción.

Jimin sonrió. -Puedo suponer que se trata de ti. -Se dirigió al chico.

Jae tenía miedo, no podía entrar con los niños.

-¿Podrias cuidarlos por mi? -le preguntó con simpleza a la chica.

-Sería un honor. Tú ve y no te preocupes.

El mayor sabía que no tenía que recalcarles mucho a los niños, por lo que no lo hizo. Y así emprendió su camino hacia la oficina.

-Suerte papá.

Gritaron ambos.

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Maratón 2/5