132

626 91 18
                                    

No sabía en lo absoluto porque su mente lo seguía engañando en hacerle pensar en que en cualquier momento el por fin contestaría, inclusive que el le llamaría.

Tal vez a veces era mejor recurrir a la imaginación para ser feliz que ver como la realidad rompía hasta los añicos todo sueño y esperanzas.
Aún si las garras de la desesperación eran cortas para llegar a lo más profundo de su felicidad, esta se encargaba de una forma u otra de despedarzarla.

¿Acaso era una señal de que debía detenerse? ¿Darle fin a todo lo que tenía que ver con los Im?

Si bien era hora de dejar atrás ese amor... ¿Por qué no se sentía como tal?

Desde la partida de los Im, estar solo en las paredes no ayudaba... Todo lo traia a su mente hasta lo más insignificante. Lo único que le quedaba para aliviar su vacío era apretar con su cuerpo el almohadón que Ryu le dio...

Reparar un brillante cristal después de que cayera al suelo, tal como su relación con Jaebum, no sería lo mismo a lo que fue un vez.

Las ácidas lágrimas quemaban por salir hacía sus mejillas y el sólo parpadear les hizo rodar y rodar por el fino rostro de Park, mostrando todo el dolor atorado que su ser ocultaba...

Y como un niño perdido de la vista de sus padre, lloraba por encontrar a su familia.

Y como un niño perdido de la vista de sus padre, lloraba por encontrar a su familia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

____

Desde el momento en que piso Seúl nuevamente supo que ahora solo tenía unos dias. Días en que podría recuperar su vida. Después de casi seis años casada, por fin dijo todo a su esposo. Por fin se había expresado, después de tantas falsas caras y maquillaje.

Su marido no lo tomó mal. Sabía cuan enamorado el estaba de ella, y había sido todo un caballero los últimos años con tal de enamorarla y estaba por ceder si no fuera por el recuerdo de su viejo gran amor...

Seulgi la miró inspeccionandola de arriba y hacia abajo.
Sabía que la ex novia de su hermana podría saber del paradero de Jaebum. Ambos habían sido amigos desde niños, no creía que fueran a perder la comunicación tan fácil.

—No querrá verte. Mejor vete y sigue con tu vida.

Irene le había dicho eso al verla tan deprimida en su matrimonio. Irene y Seulgi siempre eran tan iguales…

Ya no quería escapar más...

—Esta es mi última oportunidad para acabar con esto. Solo los veré por última vez y seguiré como si nada pasara, te lo prometo. —Prometió al aire…

Seul la miro intentando predecir lo que haría y suspiró.

—Ni siquiera el sabe donde está. —Susurro la Kang.

—¿Que?

—Déjalos, lo hiciste una vez. ¿Por qué no hacerlo nuevamente?

Ahí estaba la pregunta que ni ella sabía como responderse. Aquella que le quito el sueño tantas noches… Esa que le hizo regresar a Seúl por respuesta.

—Ellos ya lo pasan mal de por sí. Tu serias la cereza del pastel.

No porque yo… Yo haré que las cosas sean diferentes.

Se prometió de corazón.

Se prometió hacer todo lo que no fue capaz de hacer por cobardía.

Se prometió protegerlos a los tres.

De no volverles a hacer sufrir

Seulgi no pudo ver nada malo en su esencia…

Y por ello pensó que tal vez esta vez haría lo correcto.

—Jaebum y los niños están en Nueva York.

_____

Ella sabía que lo que hacia estaba mal.

Pero para una pequeña niña de cinco años, no había sido fácil que de la noche a la mañana, su padre y hermanos desaparecieran sin dejar un adiós...

No era justo.

Por ello, ella tenía muchas preguntas.
Y gracias a su curiosidad, no dudo en quedarse el celular de su tía Jimin, luego que está lo diera por perdido.

De ahí la idea creció en su cabeza.

Ryujin dio un hondo respirar para soltarlo con fuerza.

En sus manitas el teléfono esperaba ser útil. La mente de la menor aún se debatía en sí hacerlo o no.

Estaba agradecida con Lia en que los números del papel fueran entendibles para conocer cada uno.

Botón por botón los números fueron marcados en la diminuta pantalla.

—Cinco y Cuatro. —Esos eran los últimos...

Otra vez la duda crecía en su cabecita... Pero miró nuevamente hacia adelante, ahí donde tenía el moño rosado de Yeji, y al lado la banda de cabello que Hyunjin usaba para dormir..

—Por Papá, Yennie y Jinnie...

Y sin más dudas el botón verde fue presionado.

Se apego al teléfono como si su vida dependiera de ello, a la vez que rogaba al micrófono...

Los tonos pasaron... Ocho en total. Nunca escucho tantos.

Sus ojitos ya comenzaban a cristalizarse... Su dedito iba a presionar el botón rojo en rendición.
Sin embargo lo escuchó...

—Im Jaebum, ¿How can I help?

Era la voz de su papá. ¡Era su papá! ¡Su papá le contestó!

—¿Bueno? —Se escuchó de nuevo la madura voz.

Con entusiasmo decidió responder.
—Papá, soy Ryunnie.

Y ahí se congeló...
Por un momento su corazón dejó de latir.

—Papá...

Pudo escuchar ser llamado por Ryujin varias veces...
Pensó en colgar inmediatamente, estaba dispuesto a hacerlo... Pero su corazón lo negó.

—Papá... —Ahora la voz de Ryu Sonaba triste—. ¿Ya no me querían? ¿Por eso se fueron...? —¿Por ello no querían verla en la guardería?

El sollozo de su bebita por la línea terminó por romperlo...

—Ryujin, yo... nosotros no. Claro que no. Nosotros te amamos, cielo.

¿Entonces por qué te fuiste...?

______
Felix día de San Valentín
¿Les molestaría que los últimos 3 capítulos sean muy muy largos?

Si me siento mejor, tal vez escriba el siguiente capítulo para subirlo.

Home - Bnior [[Editando]] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora