83

939 155 37
                                        

¡Mierda! ¡Mierda!

No estaban por ningún lugar. Había buscado hasta debajo de todas las frutas, entre todos los anaqueles, y por supuesto el pasillo de juguetes pero nada. Era como si se los hubiera tragado la tierra.

Su madre iba a matarlo si no los encontraba. Jae siguió buscando entre él pasillo de los juguetes donde una gran red sostenía unas cuantas pelotas, cuando reaccionó...

Su madre no tendría que saber que los perdió... Si la llamaba diciendole que se irían de vacaciones unas semanas y...

Ahora un poco más tranquilo y una sonrisa más confiada siguió haciendo la compra.

Aunque en el fondo solo lo hacía para tranquilizar ese miedo de perderlos...

____________________________

En medio del pre ataque de pánico recibio una llamada de Yugyeom. ¿Como a ese estúpido se le ocurría llamar en un momento como ese?

Intentó ignorar las llamadas mientras se impulsaba en el carrito de las compras por los pasillos mirando de lado a lado retorciendo su cuello como la chica del exorcista, pero al final contestó.

—Hola Hyu...

—¡¿QUE QUIERES?! —Jinyoung no pudo ocultar su sentimiento de rabia al contestar.

—No se Hyung, yo estoy muy bien, gracias por preguntar. —Burló con sarcasmo en su voz el titan por el micrófono antes de que Jin colgara la llamada.

Sin embargo segundos después volvió a recibir otra llamada del mismo idiota.
—¡Al punto Gyeom! —Obviamente Park no estaba de humor para una charla sencilla.

—Ayer llegué a Seúl, creí que podríamos reunirnos estos días.

—¿Acabaste la pasantia?

—Claro, ha sido buen momento que acabarla. Después Bammie no podrá viajar de vuelta, por el embarazo.

El mayor frunció el ceño al oírlo, aún no le caía tan bien la pareja de Kim. Pero que podía hacer, el alto estaba locamente enamorado de él.

—Luego iré a verte, no creo que ahora sea el momento. —Con un deje positivo por parte de Yug colgó el teléfono y siguió con su busqueda.

Hace rato llevaba el pendiente en la posible desaparición de los mellizos, pero ahora era segura la de Ryujin.

Si algo le pasaba a su pequeña jamás se perdonaría.

_______________________________

Por el pasillo de los helados pasaban tres menores tomados fuertemente de sus manos mirando de lado a lado, temiendo no encontrar a sus padres.

A Yeji ya le dolía el cuello de tanto voltear, era casi la tercera vuelta que daban por el mismo lugar.

Y aquel hecho no fue dejado pasar por cierto guardia.

Una gran mano se posó en el hombro de Hyunjin, quien por inercia dio un pequeño salto. La cabeza del menor giro hasta la posición del guardia. Los ojitos fueron subiendo hasta que se toparon con los del contrario.

Los tres se quedaron congelados. Sus mentes quedaron en blanco.

Sabían que era un policía.

Sabían que podían ir a prisión.

—¿Ustedes...? —El guardia de seguridad fue interrumpido por tres lloriqueos.

—No fue nuestra culpa. Solo parecía divertido. —Decía entre sollozos Hyunjin, buscando un perdón.

—Ryu accidente. —Ryujin lloraba a ríos y sus manitas ocultaban sus ojitos.

—¡Quiero a Papá! —Dijo en voz alta la Im, a la vez que sus colectas se movían al ritmo de su negación.

_________________________________

Jae corrió a través de medio lugar al escuchar la voz de su hija.

No esperaba encontrarse también a Ryujin ahí llorando al igual que los otros dos.
Pero en cuanto los tres vieron al recién llegado no pudieron evitar correr hacia a el, hubo cientos de disculpas en el proceso. Sus fuertes brazos se aferraban a los cuerpos de los tres menores.

No volvería a descuidarlos de vista así. Porque realmente sin ellos, Jaebum no era nadie...

Ni siquiera cambió de idea cuando el guardia mostrará la pequeña lista y uno que otro precio de los artefactos que habían roto. No le importaba mientras tuviera a sus pequeños en sus brazos.

Después de tranquilizar a los menores llamó a Jinyoung quien corrió despavorido hasta el punto.

—Nota mental, jamás traerlos de nuevo aquí. ¿Escucharon? —Dijo Jin. Claro que había tenido miedo, por un momento no podía imaginarse una vida sin esos tres diablillos.

—Si...

—¿Ahora quien quiere un helado?

Al comentario de Jaebum, se sumaron cuatro manos en alto.

—Bien, vamos.

Y así tomando la mano de Park y los niños, dejando todo a un lado se dirijieron a la heladería.

—Gracias por avisarme. —El Park lo veía con sus grandes y caramelados ojos.

Jaebum estaba enamorado de esa mirada...

—¿Cual gracias Jinyoung? Me debes un beso

—_-___________________________-_—

¿Que quieren ver en el capítulo que viene?

Home - Bnior [[Editando]] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora