Porque cualquier padre quiere ser el hogar de su hijo.
Dos padres solteros.
Dos diferentes situaciones.
Pero son sin duda los mejores para sus retoños.
Y... ¿También los mejores el uno para el otro?
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💎Capítulos cortos
💎Aparición de otros gru...
El primer paso que había dado era cambiar de un motel a un hotel. Sonaba ridículo, pero era coherente dada la situación. Las vacaciones dieron su fin y el trabajo comenzó con los interrogantes de Jimin.
Toda la semana pasaba a su oficina preguntando por su hermano. Y todo causa a que el primer día estuvo a la defensiva de quien se encontrará en los pasillos.
Lo tenía harto. Había ignorado el tema de mil y un formas. Ya tenía la mente demasiado podrida como para seguir con ello. Ya Jinyoung había conseguido lo que quería, era tiempo de que le dejaran en paz.
Los pensamientos que llenaban su cabeza eran de cuán umbecil se habría visto en los ojos de Jin... Cuántas risas no le habría causado el amor que le tenía...
Tal cual payaso en cumpleaños se había visto...
Los números iban de uno en uno, resolviendose con claridad en su mente y posicionandolos en hojas de papel para confirmar y por siguiente pasar al digital.
Antes habia tenido múltiples problemas a la hora de contabilizar las obras, cada una detrás de la otra. Sin embargo sus manos y mente ahora eran más ágiles en ello.
No tenía problema.
Cuando por fin su hora de almorzar llegó, puedo escuchar a varios irse de las oficinas con hambre, más el no. Meses atrás hubiera corrido por sus niños y llevarlos a comer... Pero ahora ni eso tenía...
La puerta recibió exactamente tres golpes antes de ser abierta. Con la mirada muerta que ahora llevaba en su rostro dio una sorpresa a su jefe.
—Im. ¿Puedo pasar? —Jae pudo notar dos pequeños paquetes en la mano de su ex suegro.
El sólo asintio orando que el hombre se tragara las preguntas con respecto al hijo de este. Pará el señor Park fue deprimente... Acercarse a ese chico con la convicción de un líder y unos ojos pequeños pero repletos de energía juguetona, esas mismas cualidades que ahora parecían haber pasado a mejor vida. Dejando a su vista a un simple hombre lleno de inseguridad, temor e infelicidad.
No era el mismo Im Jaebum que contrato por su enorme valor.
—He venido a hablar contigo. —Dijo sentándose frente a frente en el escritorio del chico.
El pelinegro estuvo a punto de negarse con la excusa de tener que irse.
—Traje comida, y sé por Jimin que tus hijos se están quedando con tu madre.
Maldita sea.
Bueno por lo menos esperaba ser despedido. Dejando la empresa dejaría todo lo que tuviera que ver con los Park.
Al principio el empresario habló con el de temas variados mientras comían. Debía sentirse bien de que la comida ofrecida fuese bastante buena.
—¿Y como están tus chicos?
Jaebum abrió la boca pensando que decir. No había visto a sus dos diablillos en casi un mes... Y le dolía. Le rompía dejarlos, había vivido seis años con ellos y era inaudito para su corazón abandonarlos por lo menos un momento.
Se sentía que él mismo se encajaba cuchillas en su pecho para así evitar respirar...
—Mamá debe de estarlos cuidando bien.
Tenía tantas cosas de que hablar de sus hijos. De cuanto añoraba tenerlos en sus brazos en ese momento y nunca soltarlo de nuevo... Esos días llevaba pensando como ella podía vivir así. Así perdiéndose el crecimiento y sonrisas de sus hijos. Parecía un pecado.
¿Que hacía ella para dormir en las noches? No lo preguntaba por remordimiento. Lo hacía por el mismo, porque sin ellos no podía seguir.
Ahora entendía mejor porque eran llamados angelitos por muchos...
—Ellos deben estar jugando. —Dijo con seguridad. Los mellizos siempre hacían eso...
Hubo un silencio en el que el señor Park parecía pensar en algo, si decirlo o no. Que lástima que para Jae, hubiera decidido que si.
—¿Que sucedió entre tu y Jin?
Por un momento el ambiente débil se volvió tenso. La mandíbula del menor se apretó y su mente se vacío. ¿Que iba a decir?
—Supongo que ambos nos dimos cuenta de que esto no era nada. —Dijo ignorando el dolor punzante en su corazón.
Nada. No habían sido nada. No debía darle vueltas, porque Jinyoung lo había dicho así y las cosas serían así.
—Pero tu y... Él... —Park fue interrumpido abruptamente.
Lo había pensado. Y tal vez era lo mejor. Haría un gran favor a todos y era lo mejor para sí mismo.
—Quiero un intercambio.
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El rotundo "No" . Había sido esperado.
Era claro que Park Jinyoung, no iba a dejarlo ir tan fácil de su empresa, siendo uno de los mejores en años.
Carajo.
Desquitarse con la sucia roca al patear la no le saciaba.
No quería ver ni en retrato al hijo de este. Y no soportaría verlo en persona antes de desplomarse en depresión.
Llegó andando a la casa de su madre con una mísera esperanza...
Suspiró a la nada. —Aquí vamos de nuevo.
Era la tercera vez que lo intentaba.
Quería verlos. El viento lo hizo mirar hacia la ventana de su habitación. La luz estaba encendida,aquello lo hizo sonreír.
Pero ver a dos pequeñas sombras al parecer jugar lo enternecio.
Con que se divertirian, se preguntó al verlos. El hacerle jugarreta era la atracción principal de esos dos...
—Solo... Pronto.
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No pensaba actualizar hoy, de hecho volvi a mi habitación del hotel antes para terminar el capítulo.