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—No estoy seguro Mark…

—¡Vamos! Yugyeom ya no es un niño. Puede ser muy estúpido pero si es responsable.

Jinyoung no podía escoger algo entre todo aquel delicioso menú. No podía con tal presentimiento. Su menor era un idiota, y eso le provocaba miedo a que cualquier cosa le pudiera pasar a su pequeña hija.

—Relajate. Nada pasará.

Park soltó un suspiró, hace bastante no salía sin Ryujin. Debía relajarse como Mark había dicho.

—¿A que se debe esto?

Wang soltó una sonrisa. Una muy grande y llena de mal augurio.

—Digamos que… —Mark dio un silencio suspensivo, que para el pelinegro era muy desesperante. —Jackson olvidó nuestro aniversario…

—¿Estamos celebrando que tu esposo olvidó su aniversario? —Objeto el menor de ambos.

—¡No! Deja terminar. —Park soltó un suspiró. —Le he hecho un drama durante todo el día…

—¿Entonces…?

—Sé comprometió a cuidar de Sung y Lix, con tal de que le perdonara. —El mayor hablaba con gran calma, pero al notar la mirada reprobatoria de Park…

—Conozco a Jackson… —Mark trago saliva. —¿Cambiaste la fecha de su teléfono? —Acuso con toda coherencia.

—¡Yo también necesito descansos!

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Mientras Yugyeom se encontraba con cierto chico sobre sus caderas mientras ambos se mantenían en una sería sesión de besos.

Dos pequeños jugaban en el centro de la sala, con una niña casi bebé.

Ryujin veía al par con asombro. Para ella era raro. El par era idéntico, la única diferencia era que Yeji tenía el cabello más largo y vestía de tonos rosas.

Cada uno de los niños jugaba con algo distinto. Yeji intentaba jugar a las muñecas con su nueva amiga, pero esta parecía más interesada en los carritos de su hermano.

Los mayores parecían estar en su propio mundo. Por ello no escucharon el momento en que Hyunjin comenzaba a sollozar porque uno de sus autos favoritos iba dar hasta debajo de un sillón. Ahí dentro parecía oscuro y aterrador.

Según su padre cuando un juguete pasaba por debajo de un sofá, este cruzaba a una dimensión llena de mounstros y no se volvían a ver tales juguetes.

—No llores Jinnie… —Rodó los ojos su hermana.

—Pero era mi favorito…

Las lágrimas empezaban a salir. Yeji ya lo daba como caso perdido, sin embargo para Ryujin era otra historia…

El Im sintió como una pequeña mano tocaba su hombro, la pequeña niña a su lado le extendía algo.

—Carrito.

Ryujin le extendía su amado carrito a Hyunjin.

—¿Es para mi? —La pequeña asintió y limpio las lágrimas del niño con cuidado.

—Gracias…

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—Ese chico no está mal.

—¡Mark!

El mayor lo miro. El ex Tuan no era imbécil.

—¿Qué?

—Estás casado y con hijos. No puedes ir y admirar hombres así como así…

Park hablaba tan rápido que para él ahora castaño parecía gracioso.

—En primera, dije que no estaba mal, no que abandonaría a Jack por el. —Eso era obvio, no iba a dejar su vida por una cara bonita. —En segunda, conozco al chico.

Jinyoung se sintió fuera de lugar. ¿Ahora Mark conocía a todos? ¿Cuánto tiempo se aisló del mundo?

—¿De dónde…? —Quiso saber el menor.

—Creo que es el padre de los mellizos de él aula de Sunggie y Lixie. —Wang observaba su copa en busca de una respuesta de sí soltar lo tercero o no.

Al final, optó por un si.

—Además… No soy yo quien lo ha estado mirando toda la velada, ¿o si?

Lo último que Jin supo fue que uno de sus fideos se atora a en su garganta.

—¿Pero que?

No podía negarlo. Había estado viendo al chico desde que este había llegado, porque como Mark lo dijo este no estaba nada mal.

—Si te interesa, esta soltero. —Hablaba con la boca llena Wang. —Y por lo que veo lo seguirá estando…

Dio una última mirada al chico… Dios si esto seguía así, se volvería loco.