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Días antes de Navidad, Jinyoung y Ryu se habían marchado a la Isla Jeju. Ahí el y su familia festejarán el veinticinco y, treinta y uno de Diciembre.
Esas fechas habían pasado hace poco. Ya era Enero, sin embargo no había ninguna señal de los Park en su retorno a Seúl.

Hasta el diría que estaban varados en una parte sin señal, si no fuera que había hablado por mensaje con Jin desde hacía unos días.

Las vacaciones laborales habían acabado, todos debían retomar sus trabajos sin darle importancia a la ausencia del CEO y sus hijos. En cambio las vacaciones escolares continuaban por ello Hyunjin y Yeji debían ir a a casa de su madre para que esta les cuidara.

—Adios papá. —Dijeron ambos con el ademán de despedida con una manita.

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—¡Ahora si niños!

Nayeon había reunido a los dos pequeños en la sala con tal de iniciar todo aquello que tenía planeado.
Todo gracias a que su estúpido hermano, por pensar en su amado había olvidado hasta su propio cumpleaños.
En serio Jaebum era un estúpido.

—Hoy es cumpleaños de alguien muy importante y necesito que me ayuden.

Los niños habían escuchado ya previamente hablar a su abuela acerca de la fecha. Era el cumpleaños de su padre. Estaban emocionados, y el simple hecho de que su tía los alborotada los emocionaba aún más.

—Encontre esto. —La mayor levantó una libreta pequeña entre sus manos—. Aquí están todos los números de los amigo de su padre, invitaremos solo algunos así que empecemos.

Después de un rato de revisar la agenda de Im, encontraron varios amigos con disponibilidad de ir a festejar.

—¿Mark Wang? ¿Lo conocen?

—¡Si! —Yeji era la más contenta a la idea, mientras que por el lado de Hyunjin...

—Solo cuando llames dile que Jisung no esta invitado, solo Mark Hyung y Felix.

Nayeon se aguanto la risa obviamente no diría eso.

—¿Falta alguien?

—Jinyoung Hyung.

—Si eso animará mucho a papá.

—Y traerá a Ryu y podremos jugar —Sonrieron ambos ante la gran idea.

La mayor comenzó a buscar hasta que dio con el número... Bingo.

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Había salido temprano del trabajo, demasiado temprano diría el. Pero realmente no quería regresar a casa. No para festejar ese estúpido día.
Sabía con certeza que Nayeon no se quedaría con los brazos cruzados y sin hacer en nada en su cumpleaños. Estaba planeando algo, lo sabía desde que ella se ofreció a cuidar a sus hijos.
Odiaba ese día como ninguna otra cosa por existir.

El río Han estaba frente a sus ojos. Recordándole cada estupidez hecha a lo largo de su vida.
Había veces que su mente sólo quería huir, huir en busca de algo más. Podría poner una excusa si se iba a emborrachar en vez de ir a la celebración.

Las luces de los autos comenzaban a encenderse, ya llevaba rato ahí hundiendo su vista en el fondo del río mientras sus brazos le apoyaban contra el barandal del puente.

¿Y si no volvía? Aúnque solo fuese por un día...

Pero Hyunjin y Yeji no merecían eso...

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Jinyoung no se esperaba aquella llamada, ni siquiera que fuera antes de subir al avión para regresar a Seúl, mucho menos que fueran Hyunjin y Yeji invitándolo a celebrar el cumpleaños sorpresa de Jaebum.

Había accedido. Después de todo moría de ganas de ver a la familia Im, ahora que tenía una que otra cosa clara.

Su familia tenía la tradición de viajar a Jeju en las celebraciones invernales desde que el tenía memoria.
Todos estaban ahí, sus padres, su hermano mayor junto a su familia, y por supuesto Jimin. La cual se empeñó en hacer saber a todos lo mal que estaba por el nuevo empleado de la empresa.

Pesé a que lo negó innumerables veces, sabía que mentía en el fondo. Por ello su padre y su hermano, Yeol, se habían encargado de hablar con él y despejarlo un poco de la culpa que sentía aún por lo de su amada Jisoo.

"Puedes amarla y puedes llevarla toda la vida en tu corazón. Pero no puedes llevar en tu mente solo bellos recuerdos, cuando un futuro brillante está frente a tus ojos."

Recordaba con frescura esas palabras de su hermano. El había pasado por una situación similar cuando su ex pareja le dejó, pasando meses en depresión y con la mirada gacha, hasta que choco con el ahora dueño de su vida y ahora padre de sus hijos.

—¿Ryujin, estas lista? —. La menor estaba sentada a su lado durante el vuelo, y al sentir como el avión comenzaba a ascender hizo sonreír a su pequeña.

—Si.

Ahora solo quedaba llegar a tiempo para marcharse a mirar un brillante futuro.

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I'M MISSING YOUR FACEEE🎶🎶🎶